Sin duda, es uno de los personajes más carismáticos y llamativos del Renacimiento: Leonardo da Vinci (1452- 1519), hijo ilegítimo de un jurista florentino.
Su vida estuvo a caballo entre Florencia, Milán, Roma y Francia, aunque sus primeros estudios fueron en Florencia, donde se formó como artista en el taller de Andrea Verrochio -al que siempre estuvo unido, a pesar de que con 20 años Leonardo ya era un maestro reconocido muy hábil en la técnica al óleo y no trabaja en el taller de su mentor.
Sus servicios fueron contratados por los grandes mecenas de la época, ya que trabajó como embajador de Florencia en Milán para Ludovico Sforza durante más de diez años, y para los Médicis en Roma; sabiendo que no podía competir con el gran Miguel Ángel, se puso al servicio del rey Francisco I de Francia como ingeniero civil.
Leonardo ha pasado a la Historia como prototipo del hombre del Renacimiento, amante de todos los campos del saber (zoología, biología, música, literatura, astronomía y física) y lleno de una curiosidad que le llevó a practicar la pintura, escultura, arquitectura -aunque no conservamos ninguno de los edificios que proyectó- y la ingeniería civil, entre algunos campos. De hecho, él nunca se definió como pintor, sino como arquitecto e ingeniero; sin embargo, la faceta que mejor conocemos de él es precisamente la de sus pinturas, todas reconocibles por la atmósfera que crea en ellos, los contornos difuminados, la representación de la realidad sin ocultar la fealdad y su uso especial del color -por ejemplo, empleando gamas de azules para los objetos más alejados, mejorando así la sensación de profundidad.
Su carácter, sin duda, debió de ser raro, ya que era frecuente que abandonara los proyectos que le encargaban en cuanto perdía interés en ellos, se empeñó en seguir enseñando y dibujando hasta el final de su vida -a pesar de su tardía parálisis en el brazo derecho-, sus dificultades a la hora de aprender idiomas clásicos y modernos o los proyectos que escribía en dialecto toscano escrito de derecha a izquierda. Fue, además, un hombre adelantado a su época, defendiendo con Galileo la teoría heliocéntrica, inventando el prototipo de nuestros carros de combate, máquinas de volar, casas prefabricadas y fortificaciones.
- Una extensa biografía de Leonardo aquí.
- Una breve biografía aquí. Y aquí.
- Sobre Vinci, su ciudad natal, aquí.
- Sus inventos de ingeniería civil, aquí.
- Fue inventor incluso en el mundo de la cocina, aquí.
- El Museo del Louvre guarda muchas de sus obras, que puedes ver aquí.
- Actualmente hay un debate abierto sobre la apariencia de Leonardo y sus autorretratos, como puedes ver aquí.
4 aportaciones:
Jaja, desde que llegué a tu blog, hasta este preciso momento donde escribo el comentario, ha pasado casi una hora, yendo de link en link, recordadndo y aprendiendo nuevo.
Pasee por sus pinturas y caigo fascinada frente a
"Santa Ana con la Virgen y el niño", "La dama del armiño" y "Leda y el cisne".
Gracias!!
Abrazos.
De nada, Magah.
Las dos nos hemos divertido, pues: yo escribiendo en tiempo real mientras tú me leías... Es lo bonito de la pantalla.
Besos.
Genial, uno de mis personajes favoritos. También yo he estado de un lado a otro recordando, viendo, disfrutando... Cómo me gusta venir a tus clases!!Un saludo
Gracias, Guardiana. ¡Hacía tiempo que no te pasabas por aquí!
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