Hace unos días pude ver la película de Peter Webber La joven de la perla (2003). La historia recupera la figura del pintor holandés barroco Vermeer (Colin Firth), cuando en 1665 pasa a vivir en su casa como sirvienta una joven (Scarlett Johansson), a la que descubre dotada de sensibilidad para la pintura y la captación de los colores y la cálida luz que el artista intenta plasmar en sus obras. Para los amantes de la pintura, la película hace diversos guiños a algunos de los cuadros más conocidos del pintor, siendo el retrato Joven con perla (1665-66) su objetivo final.
No es la primera vez que desde el mundo del arte y de la publicidad se recurre a la obra de Vermeer; pensemos en un anuncio de postres lácteos que se pudo ver en las calles de Madrid hace unos años, y que hacía referencia clarísima al cuadro costumbrista e intimista La lechera (1657-58), sobre el cual hablé en este blog en su momento (pincha aquí para poder leer la entrada sobre esta pintura).
Algo debe de tener el holandés Johannes Vermeer (Delft, 1632- 1675) para que cuatrocientos años después recurramos a algunas de sus obras emblemáticas en algo tan cotidiano como comer o el ocio..., teniendo en cuenta de que en vida no fue un pintor famoso ni su obra pictórica es demasiado extensa (unos cuarenta cuadros, de los cuales sólo dos están fechados y dieciséis firmados). Su familia era bastante humilde, pues su abuelo había sido relojero y su padre se dedicaba a los tejidos, formando parte del gremio de comerciantes de su ciudad; la situación económica de la familia mejoró cuando el padre pudo hacerse con al regencia de un hostal situado en un buen barrio de Delft, al que acudían miembros de la burguesía adinerada de la ciudad y algunos artistas del momento. Posiblemente Vermeer aprendió con alguno de ellos, pues se tienen datos de su ingreso en el gremio de pintores de la ciudad, el de san Lucas, que llegó a dirigir algunos años.
Es posible que, debido a que se casó joven y tuvo quince hijos -de los cuales sobrevivieron once-, se dedicara a la pintura como pintor de encargo para completar su sueldo como hostelero y marchante de arte (profesiones y negocios que heredó de su padre). Su extensa familia y la situación de crisis vivida en Holanda a finales del s. XVII le impidieron tener un gran desahogo económico, y como prueba de ello, su viuda vivió casi en la pobreza al año de morir el pintor.
Sus obras, que fueron redescubiertas en el s. XIX, nos muestran escenas de la vida cotidiana holandesa de su época, con una, dos o tres figuras envueltas en una cálida luz que da a las composiciones sensación de intimidad y que entra en la habitación a través de una ventana abierta situada en el ángulo izquierdo; también realizó dos paisajes, siendo muy conocido el que realizó de su ciudad natal, apreciado por los pintores impresionistas posteriores. Algunos investigadores consideran que sus juegos de luces y reflejos sólo pudieron ser conseguidos con la aplicación por parte del pintor de una cámara oscura.
Los personajes de sus cuadros no están posando ni presentan una actitud forzada, como si supieran que les están observando; al contrario: tienen actitudes naturales (cocinan, cantan, hablan, enseñan) e íntimas, separándose del espectador por medio de elementos como mesas, tapices o alfombras que adornan la estancia, pero dejan un espacio personal para el retratado.
En la película del año 2003, el cuadro Joven con perla es el eje central de la historia. Es uno de los retratos más conocidos de Vermeer, aunque no hay actualmente documentación sobre el proceso del cuadro ni el nombre de la retratada, que parece querer decirnos algo, por medio de una boca entreabierta, recursos utilizado luego por otros pintores, como Tiziano, Rubens o Rembrandt. El nombre del cuadro se debe al pendiente que la mujer lleva y que refleja de manera portentosa un reflejo de luz que se recorta sobre la oscuridad del fondo. El pintor juega con la luz y el cromatismo de los blancos, amarillentos, ocres y azules, atrayendo la mirada del espectador sobre los contrastes que existen en el cuadro entre luces y sombras, y que nos recuerdan a la obra del posterior Caravaggio.
- El Museo Mauritshuis de La Haya, donde se encuentra expuesto este cuadro, aquí.