Si digo que este hombre es Charles Lutwidget Dodgson, posiblemente no te dirá nada, pero si te digo que es más conocido como Lewis Carroll (1832-1898) y que estos días tenemos en las pantallas una nueva versión de su conocido cuento Alicia en el País de las Maravillas (1862), ya te sonará más...
Era uno de los once hijos de un pastor protestante inglés, conocido para nosotros en su faceta de escritor de cuentos y poemas, pero realmente se dedicó a las matemáticas y la fotografía, además de ser profesor en la Universidad de Oxford y diácono anglicano. Sus aficiones también estaban relacionadas con las matemáticas o el teatro, ya que inventaba puzzles, y obras para marionetas.
Dicen que las historias de Alicia -pues son en realidad dos libros: en el País de las Maravillas y A través del espejo- nacieron como cuentos cortos con los que entretenía a las hijas pequeñas de uno de sus amigos de la Universidad, que luego dedicó a la más pequeña, Alice Liddell, y pronto se convirtieron en importantes libros infantiles que criticaban la rigidez moral de la Inglaterra victoriana en la que le tocó vivir a él.