Rosalind Franklin y el ADN: persecución científica.



Google recordaba esta semana en un doodle la figura de una importantísima científica: Rosalind Franklin (Londres, 1920- 1958), que sentó las bases para la comprensión de la estructura del ADN. 


Procedente de una familia de origen judío, desde muy joven destacó en materias matemáticas y  tuvo claro que iba a dedicar su vida a los estudios científicos, a pesar de la oposición de su padre, que estaba en contra de dar una educación superior a las mujeres. Afortunadamente, su familia acabó cediendo -aunque dejando claro a la joven que podría estudiar, pero no ejercer su carrera- y Rosalind logró graduarse en Cambridge e investigar sobre las microestructuras del carbón y el grafito. Estas primeras investigaciones le valieron preparar posteriormente su doctorado en química y física. 
 
A finales de la década de los 40 trabajó en París sobre la aplicación de técnicas de difracción de rayos X a diversas sustancias; posiblemente este trabajo, con la exposición a radiaciones, fue lo que le conduciría posteriormente a la muerte por cáncer.

Su nombre estará asociado para siempre con la Foto 51, en la cual se podía ver una X, foto que permitió ver por primera vez la forma helicoidal del ADN. Este importantísimo descubrimiento abriría en el s. XX la puerta a las investigaciones genéticas, la biología molecular y el análisis de la estructura completa del ADN. 

Foto 51: estructura en X del ADN

Pero, a la vez, las presiones sociales y culturales de mediados del s. XX o las envidias profesionales estarán también unidas a su nombre: este descubrimiento debería haberle valido el Premio Nobel, y sin embargo, le fue concedido a los tres científicos que usaron su información e investigaciones posteriormente para desarrollar la teoría de la doble hélice del ADN: James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins recibieron este premio, en la categoría de Fisiología y Medicina, unos años después de la muerte de Rosalind. Wilkins conocía el trabajo de Rosalind y la Foto 51, y les dio la información a los otros dos científicos (que no la mencionaron en el discurso de entrega del premio), posiblemente sin que la mujer lo supiera o sin su permiso. Los cuatro estaban trabajando a la vez sobre el ADN, y Wilkins, en particular, tuvo una relación muy negativa con Rosalind, seguramente por cuestión de su sexo y origen judío.

  • Un interesante artículo, muy completo, sobre el problema de estos cuatro científicos y la persecución  a Rosalind, aquí
  • Más sobre Rosalind Franklin, aquí y aquí.

2 aportaciones:

Cayetano dijo...

Suele a veces ocurrir que quien disfruta las mieles del éxito no es precisamente quien más se lo merece.
Un saludo.

Negrevernis dijo...

No debemos dejar sus nombres en el olvido

Un saludo.