Han matado a dos mil personas en el norte de Europa.

¿Cómo podríamos conservar un cuerpo momificado? Algunos condicionantes permiten mantenerlo: condiciones climáticas extremadamente cálidas o frías -como le pasó a Ötzi-, un entorno anaeróbico o gracias a algunas sustancias químicas. Es decir: cuando hablamos de momias no hay que pensar sólo en el mundo egipcio, pues hay otros entornos más allá del desierto que hacen que los arqueólogos puedan trabajar con restos corpóreos. 

Uno de estos sitios son los pantanos del norte de Europa, donde se han podido conservar casi dos mil cuerpos. Piel, pelo, órganos y restos de pieles o cueros de las vestimentas han podido llegar hasta nosotros en buenas condiciones desde la Prehistoria hasta el final de la época romana, gracias a la falta de aire del agua (por lo que los microorganismos encargados de la descomposición no existen) y los ácidos del suelo. Son personas posiblemente de buena posición social, como indican los restos de sus vestidos (en ocasiones, en tal buen estado de conservación que sus descubridores ocasionales llegaron a pensar que la víctima era reciente) o sus cuidadas manos. 



¿Y qué hacen en estas ciénagas de Dinamarca, Alemania o Gran Bretaña? En algunos casos los cadáveres no presentan signos de violencia, por lo que podemos suponer que son enterramientos comunes o accidentes naturales, como el hombre de Tollund (vestido sólo con un sombrero o un cinturón, así como con la soga con la que se le había ahorcado) y otros restos de la Edad de los Metales, pero la muchacha de Winderby tenía los ojos vendados, y a pesar de sus 14 años, podemos suponer que tal vez fue atacada, violada y ejecutada. 

Las excepcionales condiciones de estos pantanos han permitido que llegara hasta nosotros incluso el contenido de las últimas comidas de esas personas: los restos de sus estómagos nos hablan de papillas de gachas, pan sin levadura y carne..., pero también sustancias venenosas, que nos remiten a los actos de violencia y tortura a  los que muchas de estas personas debieron de ser sometidas: hongos alucinógenos o muérdago sedante; la intención de estos actos, posiblemente, esté en relación con la costumbre de sacrificios humanos propios de la religión celta.

2 aportaciones:

profedegriego dijo...

Querida Negrevernis, todo un misterio se esconde en los pantanos del Norte, como muy bien apuntas en tu entrada; recuerdo haber leido apuntes interesantísimos sobre los estudios realizados por el Museo Británico sobre el llamado "Hombre de Lindow", aparecido en 1984 precisamente en Lindow Moss, muy cerca de Manchester. El estado del cadáver indicaba una estrangulación previa al degollamiento, y en su estómago fueron hallados frutos de muérdago; claramente se evidenciaba un sacrificio ritual celta.
Es el de las momias un mundo apasionante para mí, desde las momificaciones más antiguas aparecidas al norte de Chile, las momias de Chinchorro, hasta el moderno uso del COMPLUCAD.
Se abre todo un abismo para la ciencia y la antropología con estos individuos que alcanzaron la "inmortalidad".
Un excelente trabajo, querida amiga, que he abordado con mucho interés.
Mil bicos y feliz verano.

Negrevernis dijo...

Muchas gracias, Profedegriego.

Efectivamente, estas personas lograron la inmortalidad, y podemos así ver -apenas- un retazo de ellos mismos... Nos sabremos nunca, claro, cuáles fueron sus deseos y aspiraciones: forma parte de los misterios de la Historia.

Un abrazo.