Hace unos años, una alumna de origen japonés me trajo de uno de sus viajes una carpeta que aún uso, ilustrada con esta imagen de una ola gigantesca a punto de hacer desparecer el sagrado monte Fuji, viva como un ser monstruoso del océano y que atrapa entre sus garras a dos embarcaciones.
La obra, propia del japonismo del s. XIX que causó furor en Occidente (traducido en biombos, ilustraciones, grabados y decoración a la japonesa), representa la Gran Ola, del ilustrador y grabador Katsushika Hokusai (1760- 1849). Representante de las llamadas "pinturas del mundo flotante" (Ukiyo-e), fue educado en una familia de artistas, y desde 1806 se centró en los paisajes y las escenas históricas, sobre todo en sus treinta y seis vistas del Monte Fuji -serie a la que pertenece esta obra- , fascinado por su naturaleza cambiante en función de las variaciones de la luz sobre sus laderas. Posiblemente, el análisis de la luz que realizó en sus obras influyó en los impresionistas europeos. Este interés por el cambio también se traslada al movimiento amenazante de esta ola gigante enmarcada en un fondo de tormenta.
La obra, propia del japonismo del s. XIX que causó furor en Occidente (traducido en biombos, ilustraciones, grabados y decoración a la japonesa), representa la Gran Ola, del ilustrador y grabador Katsushika Hokusai (1760- 1849). Representante de las llamadas "pinturas del mundo flotante" (Ukiyo-e), fue educado en una familia de artistas, y desde 1806 se centró en los paisajes y las escenas históricas, sobre todo en sus treinta y seis vistas del Monte Fuji -serie a la que pertenece esta obra- , fascinado por su naturaleza cambiante en función de las variaciones de la luz sobre sus laderas. Posiblemente, el análisis de la luz que realizó en sus obras influyó en los impresionistas europeos. Este interés por el cambio también se traslada al movimiento amenazante de esta ola gigante enmarcada en un fondo de tormenta.
2 aportaciones:
Como salida de un comic o de una película de dibujos animados esa ola de Hokusai. Los japoneses viven en un medio amenazante, de ahí ese recurso reiterativo de la naturaleza desatada.
Un saludo.
Así es, Cayetano. El arte no puede más que expresar el entorno en el que se vive.
Un saludo.
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