Hoy se cumplen 75 años del inicio de la Guerra Civil Española (1936- 1939); mucho se ha hablado de un episodio de la Historia de España, que, en su análisis, parece que aún no ha sido cerrado.
Lo cierto es que puede fijarse un periodo de cuatro días para el inicio de una guerra que no nació como tal, sino como una conspiración contra un régimen -la II República Española (1931- 36)- que había entrado en crisis años atrás, hundiendo sus raíces en los levantamientos militares iniciados ya en 1932. Así, el inicio de esta guerra hunde sus raíces en el contexto internacional del momento: el período de entreguerras. España será escenario, desde 1917, de la conflictividad social de la época, con fuertes episodios de violencia por parte del ejército, la burguesía y el proletariado, tal como estaba ya pasando en otros países europeos -Alemania, Austria- Hungría, Francia, Italia y, por supuesto, Rusia. Desde 1931, además, se venían sucediendo en el país distintos regímenes políticos, con una fuerte crisis interna del sistema republicano, que no colaboraban en la búsqueda de una solución política.
La novedad del nuevo pronunciamiento fue que esta vez se planificaba un golpe simultáneo, no un ataque puntual al centro de poder. Mucho se ha hablado del papel de Francisco Franco en el inicio de la Guerra Civil, pero es necesario recordar que la acción fue planificada e impulsada desde el principio por el general Emilio Mola (1887- 1937), gobernador militar de Pamplona. Él siempre creyó que el éxito de la sublevación dependía de una toma rápida de Madrid, de forma que organizó también las primeras columnas que avanzaron hacia la capital; hasta el último momento no se pensó en el ejército de África -del que él había formado parte- como una pieza clave. Se contó, además, con ayuda económica de, una parte del sector monárquico y apoyos en el extranjero, así como con los efectivos militares del carlismo navarro.
A lo largo de junio, Mola completa la red de apoyos políticos, contactos, cuadros militares de mando, la adhesión de varios grupos políticos -como la Falange Española- y las estrategias a seguir desde la Marina y África. Aún hoy es llamativo cómo el Gobierno del Frente Popular no hizo frente a una conspiración que era conocida en amplios sectores de la sociedad española del momento; sí se tomaron algunas decisiones, como trasladar a militares sospechosos de las grandes ciudades.
La sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio -dos días antes de la fecha prevista-, asumiendo el mando el general Franco -trasladado desde Canarias a Marruecos en avión. El día 18 el alzamiento militar se extendió por la península. El día 21 el territorio español quedaba dividido en zonas leales y rebeldes, en función de la estructura social de la zona y sus afinidades políticas previas.
Lo cierto es que puede fijarse un periodo de cuatro días para el inicio de una guerra que no nació como tal, sino como una conspiración contra un régimen -la II República Española (1931- 36)- que había entrado en crisis años atrás, hundiendo sus raíces en los levantamientos militares iniciados ya en 1932. Así, el inicio de esta guerra hunde sus raíces en el contexto internacional del momento: el período de entreguerras. España será escenario, desde 1917, de la conflictividad social de la época, con fuertes episodios de violencia por parte del ejército, la burguesía y el proletariado, tal como estaba ya pasando en otros países europeos -Alemania, Austria- Hungría, Francia, Italia y, por supuesto, Rusia. Desde 1931, además, se venían sucediendo en el país distintos regímenes políticos, con una fuerte crisis interna del sistema republicano, que no colaboraban en la búsqueda de una solución política.
La novedad del nuevo pronunciamiento fue que esta vez se planificaba un golpe simultáneo, no un ataque puntual al centro de poder. Mucho se ha hablado del papel de Francisco Franco en el inicio de la Guerra Civil, pero es necesario recordar que la acción fue planificada e impulsada desde el principio por el general Emilio Mola (1887- 1937), gobernador militar de Pamplona. Él siempre creyó que el éxito de la sublevación dependía de una toma rápida de Madrid, de forma que organizó también las primeras columnas que avanzaron hacia la capital; hasta el último momento no se pensó en el ejército de África -del que él había formado parte- como una pieza clave. Se contó, además, con ayuda económica de, una parte del sector monárquico y apoyos en el extranjero, así como con los efectivos militares del carlismo navarro.
A lo largo de junio, Mola completa la red de apoyos políticos, contactos, cuadros militares de mando, la adhesión de varios grupos políticos -como la Falange Española- y las estrategias a seguir desde la Marina y África. Aún hoy es llamativo cómo el Gobierno del Frente Popular no hizo frente a una conspiración que era conocida en amplios sectores de la sociedad española del momento; sí se tomaron algunas decisiones, como trasladar a militares sospechosos de las grandes ciudades.
La sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio -dos días antes de la fecha prevista-, asumiendo el mando el general Franco -trasladado desde Canarias a Marruecos en avión. El día 18 el alzamiento militar se extendió por la península. El día 21 el territorio español quedaba dividido en zonas leales y rebeldes, en función de la estructura social de la zona y sus afinidades políticas previas.
- Un amplio análisis de la Guerra Civil Española, aquí.
- La sublevación en la costa norteafricana, en un mapa del interesantísimo blog La Historia con mapas, aquí.
- En el mismo blog, la Guerra Civil tras el alzamiento, aquí.
- Y la evolución de la Guerra, aquí.
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