Corría el s. XIX y Europa descubría que el hierro valía para algo más que para las grapas y uniones de sus edificios; el uso del hierro colado sustituye a la forja permite construir grandes vigas, pero también adornos a precio reducido. Nacían así invernaderos, estaciones de ferrocarril, museos y pabellones para exposiciones; todo, además, recubierto y aireado por enormes paneles de vidrio de más de dos metros.
Los edificios de las exposiciones universales usaron este nuevo material de construcción para hacer de ellos enormes construcciones como mecanos, que se podían montar y desmontar, reutilizándolos después, con lo que se abarataban costes. Esta idea de pabellones de quita y pon la tuvo Joseph Paxton en la Exposición Universal de Londres de 1851.
Pero el paso definitivo de la consagración del hierro en la arquitectura fue la Exposición de París de 1889, donde, entre otras construcciones, la Torre Eiffel se erigió controvertida: se consideró entre los círculos artísticos como una ofensa al delicado arte parisino de todos los tiempos. ¡Qué ofensa, colocar en el centro de una de las ciudades más bellas del mundo un monumento a las máquinas! Incluso hubo gente que apostó que era imposible que superara los 228 metros de altura...
Realmente se esperaba que su vida fuera breve, apenas lo que durara aquella exposición, con sus 18000 piezas, más de 6300 toneladas, 30 metros de cimientos y 300 metros de altura (luego amplió su altura, al poner un repetidor de televisión en ella); hasta 1930 fue el edificio más alto del continente.
Lleva, además, el nombre de su constructor, el ingeniero químico Gustave Eiffel -que trabajó después en otras importantes obras, como el Canal de Panamá. Temiendo el desmantelamiento de su torre, la quiso convertir en imprescindible a partir de 1900, colocando una estación metereológica en su cúspide y una red telegráfica para uso militar.
2 aportaciones:
Un amigo hubiera dicho en aquella época: "Esto no va a andar"
Y allí sigue!
Magah,
y encima pensaron en "embellecerla", poniendo en la base de sus cuatro postes cuatro esculturas de elefantes...
Publicar un comentario