Partes de una portada románica.

Las portadas de los templos románicos son lugares profundamente simbólicos, una especie de libro pétreo de fácil comprensión para la gente de la época. Aquellas personas, iletradas en su inmensa mayoría, comprendían a la perfección el mensaje social y religioso que se les quería transmitir desde la misma puerta de la iglesia.

Las portadas románicas cuentan con diversos espacios donde se van colocando las esculturas -aún conservamos algunos ejemplos con su policromía original-, siguiendo un esquema iconográfico concreto:
  • La parte más importante es el tímpano, donde generalmente se representaban escenas del Juicio Final, situando la imagen de Cristo en majestad en el centro, rodeada de los signos de los evangelistas (tetramorfos) y siguiendo algunos principios básicos de la escultura de la época: hieratismo y solemnidad, simetría, disposición jerárquica de las figuras (la más importante en posición central y más grande) y adecuación al marco arquitectónico (horror vacui: se ocupa con imágenes todo el espacio disponible).
  • De esta manera, el creyente sabía lo que se esperaba de él y lo que podía esperar después de la vida: un premio o un castigo acorde con su actitud, de la misma manera que ocurría si se sometía o no al orden establecido por su señor feudal.

  • En las arquivoltas se podían esculpir alegorías, motivos vegetales o espirales. El abocinamiento es propio de esta zona de la portada, simbolizando la actitud de interiorización que el creyente debía tener al entrar en el templo.

  • En el dintel y los capiteles se solían situar escenas o símbolos relacionados con el tema de la portada (por ejemplo, si en el tímpano se había realizado el Juicio Final, en el dintel se colocarían ruedas del fuego infernal y en los capiteles motivos vegetales, monstruos o alegorías de los pecados capitales).

  • En las jambas se colocaban estatuas de apóstoles o santos, pues del mismo modo que las columnas sustentan un edificio, así sobre ellos se sustenta la Iglesia. También podían incluirse personajes importantes del Antiguo Testamento.

  • En el parteluz podía aparecer la imagen de Cristo, la Virgen o el santo o santa bajo cuya advocación se había construído el templo.

Además, sabemos que con mucha frecuencia los procesos judiciales se realizaban delante de las portadas de los templos (quizá por eso las puertas de las iglesias solían ser de color rojo, color asociado al poder y la justicia); simbólicamente, el juzgado a veces se colocaba debajo de la estatua de Salomón, juez y rey del Antiguo Testamento.

  • Más sobre ejemplos concretos de las esculturas románicas en el Blog Enseñ-arte, aquí.
  • Un exhaustivo análisis sobre una portada románica, aquí.
  • Algunos ejemplos de iconografía románica, aquí.

2 aportaciones:

Kassiopea. dijo...

La verdad es que me tengo que dedicar a investigar un poco a fondo sobre el románico. A mí desde siempre me gusta más el estilo gótico pero es porque el románico me lo hicieron aborrecer cuando iba al colegio.
Cada año sin excepción nos llevaban al museo Marés de Barcelona (de arte románico) y la visita con guía era un auténtico coñazo, hasta el punto de llegar a aborrecerlo, teniendo en cuenta que a esas edades no interesan mucho estas cosas. Si aquellas charlas hubieran sido un poco amenas probablemente yo ahora sabría más sobre el tema.

Negrevernis dijo...

Y a mí, sin embargo, me encanta el Románico, que me parece un estilo artístico que invita a la interiorización y es una explosión de fe pétrea... Siempre preferiré por encima de todo el mundo egipcio antiguo, pero de vez en cuando me "destintoxico" con el arte medieval...

Un saludo, Kassiopea.