Osiris e Isis se amaban desde antes de nacer. El destino los convirtió en los primeros reyes de Egipto, al que regalaron con la sabiduría de la agricultura, la civilización, las leyes y las ciudades; también enseñaron a los egipcios a honrar a los dioses, construir templos, tejer, hilar, crear familias y a vencer las enfermedades. Osiris viajó por todo el país para asegurarse que todas sus enseñanzas llegaban a sus súbditos.
Cuando regresó, su hermano Seth le invitó a un banquete; pero sus intenciones no eran las que se esperaría de un buen hermano orgulloso del poder y sabiduría de otro. Él tramaba, en realidad, hacerse con el poder sobre Egipto y acabar con Osiris.
Así, cuando acabó el banquete llevó a la sala un baúl inmenso recubierto de jade, diciendo que entregaría tan precioso objeto a quien cupiera perfectamente en él. Todos los invitados se metieron en el arca, pero sólo era de la talla exacta de Osiris. Cuando él se metió dentro, los invitados, a una seña de Seth, cerraron y sellaron el baúl, tirándolo después al Nilo.
El dolor de Isis fue tremendo, pero juró no descansar hasta haber recuperado el cuerpo de su esposo. Lo encontró en la ciudad de Biblos, donde el sarcófago se había convertido en el corazón de un tamarindo que el rey Malcandre había convertido en una de sus columnas de palacio. Temiendo perderlo de nuevo, la diosa lo escondió en los pantanos de Buto.
Sin embargo, Seth logró encontrarlo y, decidido a acabar de una vez por todas con su hermano, cortó el cadáver en catorce pedazos y los esparció por todo Egipto. Isis volvió a jurar que recuperaría el cuerpo de Osiris, y se dedicó a viajar por todo el país, recuperando cada fragmento del cadáver de su amado, hasta lograr reconstruir su cuerpo -fue la primera momia-, lo reanimó mágicamente y tuvo con él a su hijo Horus, quien, años más tarde, vengaría a su padre, luchando contra su tío Seth.
Cuando regresó, su hermano Seth le invitó a un banquete; pero sus intenciones no eran las que se esperaría de un buen hermano orgulloso del poder y sabiduría de otro. Él tramaba, en realidad, hacerse con el poder sobre Egipto y acabar con Osiris.
Así, cuando acabó el banquete llevó a la sala un baúl inmenso recubierto de jade, diciendo que entregaría tan precioso objeto a quien cupiera perfectamente en él. Todos los invitados se metieron en el arca, pero sólo era de la talla exacta de Osiris. Cuando él se metió dentro, los invitados, a una seña de Seth, cerraron y sellaron el baúl, tirándolo después al Nilo.
El dolor de Isis fue tremendo, pero juró no descansar hasta haber recuperado el cuerpo de su esposo. Lo encontró en la ciudad de Biblos, donde el sarcófago se había convertido en el corazón de un tamarindo que el rey Malcandre había convertido en una de sus columnas de palacio. Temiendo perderlo de nuevo, la diosa lo escondió en los pantanos de Buto.
Sin embargo, Seth logró encontrarlo y, decidido a acabar de una vez por todas con su hermano, cortó el cadáver en catorce pedazos y los esparció por todo Egipto. Isis volvió a jurar que recuperaría el cuerpo de Osiris, y se dedicó a viajar por todo el país, recuperando cada fragmento del cadáver de su amado, hasta lograr reconstruir su cuerpo -fue la primera momia-, lo reanimó mágicamente y tuvo con él a su hijo Horus, quien, años más tarde, vengaría a su padre, luchando contra su tío Seth.
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