Los revolucionarios franceses de 1789 introdujeron importantes -y curiosas- novedades en la vida de las personas de su tiempo. Una de ellas, el cambio de calendario, iniciado el 22 de septiembre de 1792 y en vigor hasta el 1 de enero de 1806, cuando se restablece el sistema gregoriano.
El nuevo calendario revolucionario constaba de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días cada uno. Los cinco días que faltaban se añadieron al final del todo, como días de fiestas revolucionarias (en honor a la Virtud, el Genio, el Trabajo y la Opinión); en caso de ser bisiesto, se introducía un sexto día dedicado a la fiesta de la Revolución. A su vez, los días de cada mes se agrupaban en bloques de diez días, siendo el último de cada década de descanso. Por supuesto, desaparecieron todas las fiestas cristianas. También se cambiaron los nombres de los meses, adoptando nombres relacionados con la Naturaleza, como Vendimiario (septiembre y octubre), Brumario (octubre y noviembre), Pluvioso (enero y febrero) o Floreal (abril y mayo).
El nuevo calendario revolucionario constaba de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días cada uno. Los cinco días que faltaban se añadieron al final del todo, como días de fiestas revolucionarias (en honor a la Virtud, el Genio, el Trabajo y la Opinión); en caso de ser bisiesto, se introducía un sexto día dedicado a la fiesta de la Revolución. A su vez, los días de cada mes se agrupaban en bloques de diez días, siendo el último de cada década de descanso. Por supuesto, desaparecieron todas las fiestas cristianas. También se cambiaron los nombres de los meses, adoptando nombres relacionados con la Naturaleza, como Vendimiario (septiembre y octubre), Brumario (octubre y noviembre), Pluvioso (enero y febrero) o Floreal (abril y mayo).
- Mi amigo Pablo Briand te explica también este calendario en su blog, aquí. En uno de sus enlaces puedes ver la equivalencia de fechas entre el calendario revolucionario y el gregoriano.
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