El emperador Vespasiano mandó hacer un arco triunfal que conmemorara la entrada y conquista de Jerusalén por Tito, su hijo. Por eso la decoración de este arco explica este hecho histórico romano: la preparación de la campaña, la victoria, el general triunfante y el desfile triunfal con el botín. Formando parte del botín se encontraba el candelabro del Templo de Jerusalén. Era el año 7o cuando este saqueo ocurrió, y desde entonces los judíos no tienen Templo.
El candelabro de siete brazos o Menorá es uno de los símbolos más antiguos del judaísmo, representando los siete días de la creación, el mundo iluminado por la verdad de Dios, la zarza ardiente de Moisés o el árbol de la vida; es también símbolo de Israel y aparece en su escudo. Cada brazo simboliza también los diferentes dones del Espíritu de Dios: sabiduría, inteligencia, consejo, poder, conocimiento y temor (el brazo central representa a Dios).
El candelabro de siete brazos o Menorá es uno de los símbolos más antiguos del judaísmo, representando los siete días de la creación, el mundo iluminado por la verdad de Dios, la zarza ardiente de Moisés o el árbol de la vida; es también símbolo de Israel y aparece en su escudo. Cada brazo simboliza también los diferentes dones del Espíritu de Dios: sabiduría, inteligencia, consejo, poder, conocimiento y temor (el brazo central representa a Dios).
Existe también un candelabro de nueve brazos, que se usa en la Fiesta de las Luces (Hannuka, celebrada en diciembre), en la que los judíos encienden cada día una de las velas, usando la central para iluminar todas las demás. Recuerda el momento en el que se recuperó y purificó el Templo de Jerusalén tras la guerra entre hebreos y griegos, en el s. II a.C., pero sólo había aceite para alimentar la llama sagrada durante un día, pero milagrosamente, duró ocho.
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