Bailarina de catorce años (E. Degas)

Con 98 cm de altura y hecha en bronce -aunque en realidad, formaba parte del grupo de 150 figuritas de arcilla que se encontraron en el taller del artista-, es una de las esculturas más conocidas. Edgar Degas, el escultor, incluyó en ella seda, tul, peluca y zapatillas naturales, lo que fue criticadísimo en su época por cruzar la frontera del realismo.

Degas (1834- 1917) pertenecía a una familia artistocrática, con posibilidades económicas que le permitieron estudiar Bellas Artes -a pesar de que no era lo deseado por su familia- y viajar por Italia. Artísticamente formó parte del movimiento impresionista, pero su preocupación no fue la luz, como le pasaba a sus compañeros, sino el movimiento, y de ahí que prefiriera como temas los caballos y las bailarinas (tema al que le dedicó pinturas y esculturas).

Las esculturas de bailarinas no fueron hechas para ser expuestas al público, sino como simple estudio del movimiento por parte del artista, sin más pretensiones. Buscaba posturas naturales o lánguidas, momentos entre bambalinas, giros y contorsiones.

Actualmente esta Bailarina de catorce años -inspirado en una joven estudiante de ballet- puede alcanzar en subasta el valor de más de 15 millones de euros...
  • Ficha de esta escultura en el Musée D'Orsay de París, aquí.

Resultado de la última encuesta (diciembre 2010)

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La Reconquista española
6 (19%)
Pericles, magistrado griego.
5 (16%)
La bailarina de Degas.
15 (48%)
La Escuela de Traductores de Toledo
5 (16%)

Votos: 38.

La bailarina de Degas, aquí.

Presentación: el Renacimiento.

Aprovechando las vacaciones escolares, aquí os dejo una breve aproximación al mundo del Renacimiento europeo:

300. Las Termópilas.


Agosto del 480 a.C. El rey persa Jerjes I se había lanzado a la expansión territorial de su imperio, a costa del espacio heleno, con un inmenso ejército de cientos de miles de hombres -algunos dicen que sus soldados llegaban al millón. Atenas organizó la defensa y movilizó, a las órdenes de Leónidas, rey de Esparta, unos 3000 hoplitas (10 000 personas en total, no sólo soldados de infantería) provenientes de diversas polis griegas.

El lugar elegido para enfrentarse a los persas fue el desfiladero de las Termópilas, una pequeña lengua de tierra de entre 15 y 100 m. de ancho que comunicaba la frontera norte de la Hélade con Atenas y Esparta. Los griegos buscaban con esto suplir su inferioridad numérica con un paso angosto fácilmente defendible. La flota helena, mientras tanto, se las vería con los barcos persas. La batalla duraría tres días.

Los griegos habían atrincherado el paso y las mejores armas de sus hoplitas -lanzas largas y escudos de bronce- pronto pusieron de su parte la victoria, frente a las espadas cortas, escudos de mimbre, arcos y puñales de los persas. La falange griega, además, engañaba a los atacantes simulando huir, pero luego replegarse sobre los enemigos.

Fue al tercer día cuando un griego, Efialtes, traicionó a la causa helena, revelando a Jerjes la existencia de un paso montañoso lateral que permitía rodear el ejército griego y poder atacarlos por la retaguardia. El pequeño contingente griego que fue sorprendido antes de llegar a las Termópilas logró avisar a los soldados que allí estaban: la derrota podía ser inminente.

Leónidas, en un desesperado contraataque, acompañado -dicen- por sólo 300 espartanos, salió del desfiladero en formación de falange, dispuesto a romper las filas persas y llegar a la mismísima posición de Jerjes para matarlo. El rey espartano murió en la lucha y la flota griega, avisada, se retiraba poco después -no sin provocar serios problemas a los barcos persas. Pero su arrojo superó los límites de la Historia: tiempo después, un inmenso ejército griego derrotaba de manera definitiva a los persas, expulsándolos de la Hélade.


  • Más sobre esta batalla aquí, aquí y aquí.
  • El contexto y la victoria final, en las Guerras Médicas, aquí.
  • Vídeo de las Guerras Médicas, aquí.
  • Gráfico de la batalla, aquí.
  • Movimientos de los ejércitos persas, aquí.

Trabajo: los mitos griegos (1º ESO)

Esta semana recogía, antes de las vacaciones, los últimos trabajos de 1º de ESO con el tema El mito griego -tal como también hicieron el curso pasado. He aquí el resultado de los tres grupos que siguieron totalmente las instrucciones del trabajo:



El primer Belén.

La tradición de representar de forma plástica el nacimiento de Cristo aparece ya en las catacumbas del s. II.

Pero fue San Francisco quien, la Nochebuena de 1223, puso en práctica el primer Nacimiento, en Greccio -localidad cercana a Roma, donde la orden franciscana contaba con un pequeño santuario. El santo había previsto que la Eucaristía se celebrara en una gruta, donde se había previsto un altar sobre un pesebre, junto a una mula y un buey; posiblemente San Francisco buscaba recrear la pobreza y la humildad del relato evangélico de la manera lo más fiel posible, causando con la escenografía y su predicación sobre el nacimiento de Jesús un gran impacto emocional entre los fieles.

La costumbre de representar el nacimiento de Cristo se extendió por Italia de la mano de franciscanos, clarisas y capuchinos, llegando luego a otros países, como Alemania, Austria, Polonia o Hungría. En España fue introducido por Carlos III -que había sido antes rey de Nápoles y al que su padre, Felipe V, le había regalado uno de barro-, que lo mandó construir para distracción de su hijo, el futuro Carlos IV; a esta recreación se le llamó "Belén del Príncipe", formado por 180 figuras de más de medio metro de altura.


  

El origen mítico de los JJ. Olímpicos

Hércules recibió la orden de limpiar los establos del rey Augías, hijo del Sol, en un solo día. Tarea que no iba a costarle mucho esfuerzo al héroe, tras desviar dos ríos hacia los rediles. Cuando regresó ante el rey para cobrar sus honorarios por el trabajo, este se negó a dárselos e incluso mintió al decir que no le había encomendado esa tarea. Ante un tribunal posterior, el príncipe Fileo testificó a favor de Hércules. Como castigo, Augías mandó al exilio al héroe y a su hijo.

Semejante afrenta no se le podía olvidar a Hércules. Cuando, tiempo después, regresó a la Élide, donde reinaba Augías, se dispuso a atacarle. El rey envió contra él a los Molíones -terribles soldados formados por dos hombres unidos en uno solo por la cintura hijos de Poseidón-, que derrotaron a Hércules.

No satisfecho con la derrota, humillante para él, decidió tenderles una emboscada de la que salió victorioso. Libre de obstáculos, tomó la ciudad de la Élide, mató al rey y a todos sus hijos, excepto a Fileo. En agradecimiento por su apoyo anterior, le dio la corona de la ciudad conquistada y fundó en festival y los Juegos Olímpicos, que tendrían lugar en la Élide cada cuatro años.

Las coronas egipcias

Las coronas del faraón eran el símbolo de poder sobre el Antiguo Egipto; los dioses también las llevaban. Fueron evolucionando en iconografía con el paso del tiempo, desde las más sencillas Roja y Blanca hasta la compleja Hemhem:
  • Corona Blanca (Hedyet): representa el Alto Egipto, quizá hecha en origen con materiales vegetales y asociada a la diosa buitre Nejbet, protectora de esa zona del país. Es una de las más antiguas, del periodo protodinástico (antes del 3100 a.C).
  • Corona Roja (Deshret): presenta el Bajo Egipto y a su protectora, la diosa cobra Uadjet. La decoración frontal con una protuberancia -un junco en espiral, posiblemente, podría representar a las abejas. Como la anterior, es de un momento anterior al 3100 a.C. y también estaría hecha al principio con materiales vegetales -por lo que al principio tenía un color verdoso.
  • Corona Doble (Sehemty): representa con su iconografía la unión del Alto y Bajo Egipto y se asocia con el poder absoluto del faraón sobre las dos partes del país. Aparece en la dinastía I (3100-2800 a.C). Mágicamente garantizaba la unión y poder de todo Egipto. Esta corona la usaba el dios Horus.

  • Atef: deriva de la Corona Blanca, siendo más compleja que ella, amarilla, rodeándola de dos plumas de avestruz, dos cuernos, un disco solar y el ureus -la cobra erguida. Tiene un aspecto ceremonial y funerario, relacionado con el dios Osiris.
  • Hemhem: una variante de la anterior, triplicando la base de Corona Blanca. Los dioses más jóvenes se coronan con ella, por lo que se suele asociar a la vida floreciente.
  • Jeperesh: de tela o piel teñida de azul, en forma de casquete, con un alto valor ceremonial. Aparece alrededor del año 1700 a.C, en el Segundo Periodo Intermedio.
  • Shuty: con dos plumas de halcón y a a veces dos cuernos y un disco solar. En el Imperio Nuevo (1550 a.C) es usada sólo por las mujeres.
  • Nemes: más que una corona, es un tocado azul de rayas blancas o doradas, con dos bandas plisadas que caen sobre los hombros. Representa los rayos del sol naciente. Es el tocado que lleva la conocida máscara funeraria de Tutanhkamon.
  • Más sobre las coronas egipcias, aquí y aquí.
  • Cuadro resumen sobre las coronas, aquí.

La muerte de Viriato.

Roma no paga traidores.
(Servilio Cepión, consul en 139 a.C,
a los generales a los que ha sobornado
para asesinar a Viriato).


Así acabó Viriato, el dolor de cabeza de los romanos de los años 155 a 139 a.C, cuando la ya poderosa república romana luchaba en territorio ibérico contra los lusitanos. La guerra por el control de esta zona ya había comenzado en el 194 a.C, con algunos momentos de paz entre medias. El pretor Sulpicio Galba llega a la península ibérica y en el 150 a.C promete a los lusitanos una estupenda negociación de paz y entendimiento... que luego no cumple, pues asesina a sus líderes en medio de la negociación. El objetivo estaba claro: dominar el sudeste peninsular fuera como fuera.

Aquí entra Viriato, posiblemente miembro de una buena familia militar, elevado a la categoría de líder lusitano y capaz de unir sus tropas con las de las vecinas tribus celtíberas contra la mismísima Roma. Y lo cierto es que fue una constate preocupación para los romanos, que ven cómo se suceden algunas derrotas en la zona del Guadalquivir. El lusitano llegó a pactar con los romanos en el 140 a.C una humillante situación para ellos.

Pero en el 139 a.C es asesinado por tres de sus generales, según cuenta la leyenda histórica..., que se habían dejado sobornar por Cepión, cónsul de la zona en aquel momento. Cuando volvieron junto al romano para reclamar el oro prometido, el cónsul les dio largas...

  • Más sobre Viriato y las Guerras Lusitanas, aquí y aquí.

Las armas de los gladiadores.

Los combates de gladiadores apasionaban a los antiguos romanos; tanto, que se llegaban a formar colas desde muy temprana hora en los anfiteatros para asistir al espectáculo (algunos romanos llegaban a tener asientos reservados). En origen debió de formar parte de un ritual religioso, tal vez de época etrusca.

Los luchadores eran reclutados sobre todo entre los condenados a muerte o a trabajos forzados (de forma que cumplían así su pena... si sobrevivían, después de tres años y si habían mostrado la valentía suficiente); pero a veces también eran hombres libres que buscaban popularidad y salir de la extrema pobreza en la que las clases populares podían llegar a vivir. Algunos llegaron a ser profesionales y se tienen noticias de algunas mujeres entre ellos. El premio era variado: fama, honor, riqueza o la libertad.

Estos luchadores se entrenaban es escuelas especializadas, dirigidas por el lanista, y generalmente situadas a las afueras de Roma, donde había también almacenes, fraguas y pequeños centros sanitarios.

Aunque el gladiador era estrictamente el que luchaba con la espada (gladius), lo normal era que lucharan entre sí hombres con distintas armas:
  • una red con plomos colgantes, tridente y puñal: el retiari, que luchaba casi desnudo, generalmente contra otro hombre armado con casco, escudo y espada (el secutor), que intentaba mostrar su agilidad evitando ser capturado por la red del otro;
  • casco, coraza, escudos de distintos tipos, cinturón ancho de cuero o metal -así como muñequeras similares, protecciones de piernas, espada y puñal: los mirmillones, samnitas, galos y tracios, que simulaban con su armamento los pueblos contra los que había luchado Roma;
  • con carros; el essedari intentaba tirar a su contrincante de su carro, luchando luego en la arena con otras armas;
  • a caballo, con lanza, casco y escudo, los equites se enfrentaban casi como en un duelo desde un punto a otro de la arena;
  • y otros, simulando el armamento de los legionarios (que a veces se enfrentaban con animales), con dos espadas o con casi ninguna.
El propio emperador Comodo (161-192) era muy aficionado a estos espectáculos y consiguió mucha popularidad entre el pueblo romano al pagar con cierta frecuencia luchas de gladiadores, llegando a participar en ellas -lo que no siempre era del agrado de los espectadores, ya que él luchaba con armas verdaderas, mientras que obligaba a sus contrincantes a hacerlo con espadas de madera. Eso sí, la historia de su final no es como la de la película Gladiator: el emperador murió estrangulado por uno de sus esclavos...




  • Más sobre los gladiadores, aquí.

El ornitóptero.

Leonardo es uno de esos inmortales de la Historia. Y ya en 1485 inventó un sencillo aeroplano con alas móviles, el ornitóptero, que imitaba la forma de vuelo de las aves. Uno de los más antiguos sueños de la Humanidad -¿quién no recuerda a Ícaro?-, que se intentó poner en marcha ya en el s. XIII y con ciertos éxitos en el s. XIX.

Posiblemente los materiales y técnica de la época impidieron a Leonardo hacer realidad su máquina, pero parece que un estudiante canadiense ha logrado recrear el proyecto del italiano y desplazarse 145 metros en 19 segundos: el primer aerodino propulsado por fuerza humana capaz de volar:



Y no es la única máquina inventada por Leonardo que resulta que funciona: también creó el antecesor de nuestros helicópteros, el ala delta, el huso, el submarino y el paracaídas...
  • Tal vez quieras hacer el ornitóptero en papel, aquí.
  • Inventos de Leonardo, aquí.

Alejandro Magno, genio militar.

Aunque no lo parezca, sólo hay puñado de hombres y mujeres que han marcado la Historia de todos los tiempos. Sólo unos pocos están llamados a ser inmortales. Así fue Alejandro, llamado el Magno (356- 323 a.C), hijo de Filipo II, rey por derecho de Macedonia, impulsor de lo griego hasta las remotas fronteras de la India, alumno destacado de Aristóteles -quien le enseñó Medicina, Botánica, Filosofía, Literatura y Música, y para quien mandaba recoger muestras de plantas y animales en cada una de sus conquistas...

Predestinado por los dioses a reinar sobre dos imperios, constructor de ciudades (hasta 70 Alejandrías en sus vastos dominios), ideal de belleza helena, amante de mujeres (varias, pero también esposas por motivos político, como la princesa persa Roxana) -y de algún hombre: Hefestión-, conquistador de tierras hasta el mismísimo Ganges -arrasando en Siria, Fenicia, Egipto y Mesopotamia-, militar y estratega a emular, vengador de la muerte de su padre, unificador de la Hélade tras la Guerra del Peloponeso, terror del Imperio Persa -al que le devolvió la jugada de las Guerras Médicas, venciendo al gran Darío III en Gaugamela, en el 331 a.C-, extenuador de sus propias tropas -a las que licenció al llegar a la frontera de la India.

Así fue Alejandro.





Pero también impulsor de la cultura griega más allá de sus fronteras naturales, crisol de culturas -la oriental y la helena-, unificador de territorios a través de un sola moneda y una lengua -koiné- común, impulsor del comercio marítimo y fluvial.

A su muerte -¿asesinado?, ¿gravemente enfermo?-, sus generales se reparten sus territorios. Nacen los reinos helenísticos, herederos de Alejandro.

Resultado de la última encuesta (noviembre 2010)

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Los efectos de la Segunda Guerra Mundial
17 (29%)
Alejandro Magno
22 (37%)
Comidas españolas típicas de noviembre
7 (12%)
Orfebrería egipcia
12 (20%)

Votos: 58

La diosa Fortuna y la lotería.

Hace unos días observaba cómo la iconografía del mundo clásico se nos echa encima en España con la lotería de Navidad, pues la empresa publicitaria ha elegido una imagen actualizada de la diosa Fortuna:



Tanto para romanos como para griegos, la Fortuna -Tyché para los griegos- es una diosa voluble y caprichosa, que puede conducir a los hombres hacia la buena suerte o hacia la mala. Tanto es así que en Roma su compañera de travesuras era la Ocasión -una diosa con poco pelo-, a la que no se le podía agarrar con facilidad (como las ocasiones de muy buena suerte, que si las dejas pasar ya no las ves). En Grecia no tuvo un desarrollo cultual importante, aunque sí en Roma, donde tenía varios templos y un oráculo -era una diosa popular, relacionada también con la fertilidad y la maternidad.

En la imagen elegida para el sorteo de este año, a esta dorada Fortuna le acompaña uno de sus símbolos más convencionales: la cornucopia o cuerno de la abundancia, signo de riqueza y buena suerte. Este cuerno dicen que era de la cabra Amaltea, que amamantó al niño Zeus hasta que este se lo rompió, y, a cambio, le dio el poder de dar a su dueño todo lo que quisiera. En este caso mana dinero -claro, por lo del sorteo de lotería-, pero en algunas representaciones figuraban frutas y flores.

Otras veces la Fortuna era representada con alas -como Victoria, Niké: voluble, rápida, escurridiza-, o con los ojos vendados -como la Justicia: repartiendo casi al azar, casi justamente, riqueza o pobreza entre los hombres-, con una rueda de la fortuna o con un timón -ya que la versión griega era también la encargada de dirigir el futuro de los hombres. Y, además, juega a la pelota -unas veces en una dirección, rápidamente en otra, como signo de sus inseguridades a la hora de tomar una decisión.
  • Un interesante blog donde se trabaja buscando referentes clásicos en nuestro mundo actual, Secretos de Argos.

Los médicos griegos.

Lo de ir al médico y que, a través de un diagnóstico de los síntomas, pueda saber qué enfermedad se padece y cómo atajarla no es de hoy. Ya en el mundo griego del s. VI a.C se practicaba y defendía la importancia de la experiencia y la observación en el campo de la Medicina. Era frecuente, además, que estos médicos viajaran o colaboraran con otros profesionales extranjeros, a fin de poder conocer los síntomas y su cura en otros países, defendiendo un origen natural y no mágico o religioso a las enfermedades.

Así, el médico tenía en cuenta la observación de la tos, la temperatura, vómitos y respiración (sin auscultar al paciente, es verdad), y después procedía a informarse sobre los hábitos de vida del enfermo, la alimentación, bebida, lugar de residencia y actividades habituales. El objetivo era poder aplicar remedios naturales extraídos de las plantas o pequeñas intervenciones quirúrgicas, aunque este tipo de medicina más racional convivió con prácticas mágicas que no se dejaban de lado ante cualquier síntoma.

  • Más sobre la medicina en Grecia, aquí.

Tal día como hoy, el rey.

Un día como hoy, hace treinta y cinco años, Juan Carlos I era proclamado rey de España, dos días después de la muerte de Francisco Franco. Comenzaba un periodo de transición política que llevaría a la actual Constitución de 1978.

La Torre de Babel: el zigurat


Dicen que la Torre de Babel era en realidad un zigurat, una torre escalonada con hasta siete plataformas que disminuyen en tamaño con la altura, dentro del templo mesopotámico que formaba parte de un gran complejo religioso de la ciudad de Babilonia. Y como tal, habría sido construida para cumplir con la exigencia divina de rendir un elevado número de cultos a los despiadados dioses mesopotámicos. Estas torres a veces fueron decoradas con motivos vegetales o pintadas, tal vez porque su construcción podía asegurar la fertilidad de las tierras.

Los zigurats eran sólo una parte de estos templos, que solían constar además de un recinto sagrado para el dios y su familia, una camara sagrada, un patio y una amplia serie de habitaciones, almacenes, archivos y viviendas.

Los ritos religiosos eran tan complejos que en Babilonia llegó a haber hasta cuarenta tipos diferentes de sacerdotes, especializados en conjuros, purificaciones, unciones, encantamientos, música, canciones y escritura. Además, se realizaban sacrificios tanto dentro como fuera del templo, buscando la protección de los dioses y que estos escucharan -a su capricho- las invocaciones de sus fieles, a las que respondían mediante complicados oráculos o sueños que debían ser interpretados por especialistas.

  • Más sobre estos edificios en un interesante artículo, aquí.
  • Breve plano de la situación de la Torre de Babel, aquí.

La rendición de Granada (2.1.1492)

Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre.

Cuenta la leyenda que estas palabras las dijo a favorita del último rey nazarí de Granada (otros dicen que por su propia madre), Boabdil El chico (1460-1527), pues este lloró al despedirse de la Alhambra cuando el Reino de Granada fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492. Desde entonces la colina sobre la que lloró el rey musulmán se llama El suspiro del moro.

El Reino de Granada había resistido el empuje de las tropas cristianas en la Reconquista, gracias a la defensa que le brindaba las sierras próximas. Pero un largo asedio de año y medio, así como el abandono de sus aliados del norte de África, crisis internas y conatos de guerras civiles hicieron que el 2 de enero de 1492 Boabdil firmara un acuerdo con Gonzalo Fernández de Córdoba: rendía la ciudad -último reducto de la presencia musulmana por aquellas fechas- al rey Fernando de Aragón.

Recibía a cambio el señorío de Las Alpujarras, donde estuvo dos años, hasta que decidió abandonar la península para exiliarse en el norte de África.


Cleopatra VII Filópator.

Fue la última de los suyos: la última lágida, la última de los Ptolomeos. Cleopatra VII Filópator (69 -30 a.C) fue la única de su familia en preocuparse por hablar el idioma egipcio, pues su padre le había educado en la cultura, costumbres e idioma griegos -como correspondía a sus orígenes.

Pero además brilló con luz propia como mujer especialmente culta en la época, pues hablaba varios idiomas y sabía Historia, Literatura, Medicina y dicen que hasta latín. Dicen de ella, además, que destacaba no por su hermosura física, pero sí por sus habilidades sociales, su espontaneidad, buena conversación y equilibrio emocional.

Accedió al trono con dieciocho años, siendo obligada a casarse con su hermano, ocho años menor. Pero todas las decisiones las tomó ella, lo cual, unido a que al principio colaboró con los romanos, no le granjeó muchas simpatías. Pero Cleopatra era, sobre todo, una mujer dedicada a la política. Por eso, cuando su hermano y sus aliados la exiliaron, no dudó en aliarse con Julio César -el hombre con mayor peso político del momento-, enemigo de su hermano, buscando recuperar su trono -acabó asesinando a su hermano- y evitar la caída de Egipto en manos romanas.

Y nació Ptolomeo XV César de esta unión... La idea de Cleopatra era fundar una nueva dinastía a partir de este niño, pero el asesinato de César acabó con este proyecto. Intentó rehacer su idea aliándose con el general romano Marco Antonio, el hombre que controlaba para Roma el Mediterráneo Oriental; y de esta unión nacieron dos mellizos... Cleopatra necesitaba ayuda militar y Marco Antonio, sus riquezas.

El proyecto final de Cleopatra, salvar a Egipto de las garras romanas, no pudo realizarse al final. Sus tropas, junto a las de Marco Antonio, fueron arrasadas por Octavio, el general que controlaba Roma y principal enemigo de su amante. En el año 30 a.C Egipto pasaba, tras la batalla de Accio, a ser provincia romana.

Y cuenta la Historia que Cleopatra se suicidó, decidida a no dejarse caer en manos de Roma ni en el último momento. Sólo una de sus hijos llegó a tener poder político como reina de Mauritania.

  • La historia completa, aquí.
  • Una biografía de Cleopatra VII, aquí.
  • Cleopatra ha inspirado libros y películas, aquí.

La Tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.)

Cartago se había quedado reducida a sus posesiones norteafricanas después de la segunda guerra contra los romanos. El gran Aníbal había quedado derrotado y el imperio cartaginés, reducido en riqueza, sin flota y con constantes provocaciones por parte de los vecinos de Numidia, que aprovechaban que Cartago no podía declarar la guerra a nadie sin consentimiento de Roma. Roma, por su parte, hacía oídos sordos a las protestas de Cartago ante esta situación.


Sin embargo, la suerte y el empeño sonrió a Cartago y en pocos años volvió a recuperar su esplendor comercial, llegando a vender su trigo a Roma y adquiriendo poco a poco cada vez más peso en el Mediterráneo occidental -tal vez aprovechando que los romanos estaban ocupados conquistando Grecia. Y los romanos se preocuparon, considerando que la recuperación militar y una nueva amenaza estaba a las puertas. En el año 149 a.C imponen sus condiciones: la rendición de todas las armas de la ciudad -bajo la amenaza de la destrucción absoluta- y el abandono inmediato de la misma por parte de todos sus habitantes.

Como respuesta al abuso, los embajadores romanos de la ciudad fueron asesinados.

Y fue otro Escipión, Escipión Emiliano, nieto de aquel que había vencido a Aníbal, quien dio la respuesta final: Cartago, por el bien de Roma, debía ser destruída y borrada del mapa. En el año 146 a.C entra en la ciudad y la ataca, arrasándola, durante siete días, en los que son aniquilados cientos de miles de cartagineses.

Cartago se rindió tras el asedio. Dicen que los horrores del mismo fueron tales que muchos lloraron por las generaciones venideras...

Los monjes copistas.

Mis alumnos de 2º de ESO descubren asombrados estos días que fue la labor paciente e intensa de los monjes medievales la que permitió, por ejemplo, dar nacimiento en un remoto monasterio del norte de España a las primeras palabras de castellano antiguo. El monje medieval, por tanto, no es un personaje más o menos oscuro con una jornada laboral poco definible...

Así, en escondidos lugares de la Europa naciente de los ss. VIII al XII, un puñado de hombres cultos -recordemos que muy poca gente salía del analfabetismo en aquella época- se dedicaron a la copia de manuscritos que de otra forma se habrían perdido. Así, las bibliotecas monásticas se llenaron no sólo de libros religiosos, textos litúrgicos, obras teologales y vidas de santos: también de clásicos latinos de retórica, derecho, medicina, literatura general y los primeros manuales de lengua latina usados siglos después en las Universidades. Además, existía un sistema de préstamo de volúmenes entre monasterios más o menos alejados entre sí.

Los monjes copistas eran personas elegidas entre la comunidad, los más cultos, con mejor caligrafía y más cuidadosos. La copia de un único libro, así como su decoración, podía ocupar toda la vida de un solo monje, en condiciones duras de frío extremo, humedad, malas calidades, poca luz,... A veces varios monjes copiaban un mismo libro, para poder cederlo a otros monasterios. Los materiales no eran buenos: plumas de ave y pergaminos, con falsillas de carboncillo para no torcerse, pero con esta pobreza desarrollaron nuestras letras minúsculas actuales.

No sólo se trataba de copiar el libro antiguo, sino también de ilustrarlo: la primera letra de cada capítulo era adornada con especial cuidado, y también se realizaban imágenes muy minuciosas en los márgenes o en una página entera; generalmente eran de color rojo, de polvo de minio -de ahí su nombre de miniaturas o imágenes miniadas-, pero también se usaba el oro y la plata. En ocasiones, las copias y sus ilustraciones eran más llamativas que el propio original, como le ocurre al Beato de Liébana (un comentario del Apocalipsis de S. Juan, hecho en España).




  • Un monasterio medieval y la vida en él, aquí.

El origen de la Vía Láctea

El bebé Hércules fue amamantado por Hera, aunque accidentalmente -ya se sabe que la diosa le odiaba por celos, pues era uno de los hijos que Zeus había tenido con una de sus amantes. Así, cuentan que Hermes llevó al bebé al Olimpo y lo colocó sobre el pecho de la gran diosa mientras ella dormía y cuando despertó, lo apartó tan violentamente que un poco de leche cayó de su pecho, creando la Vía Láctea...

Segunda Guerra Mundial: la rendición de Japón.

El 27 de agosto de 1941 el Consejo de Ministros japonés recibió un informe claro: la economía y recursos de Japón no podrían soportar la carga de la guerra a partir de 1944. Y en julio de ese año los líderes nipones comenzaron a buscar una salida honrosa al conflicto, a pesar de que la cúpula militar se resistía a la rendición y a procurar que la URSS no entrara en guerra con Japón a partir de la primavera de 1945 -como había anunciado.

Efectivamente, a lo largo de la primavera de 1945 Tokio y las seis principales ciudades de Japón fueron brutalmente bombardeadas, provocando en algunos casos efectos similares o superiores a los de la bomba de Hiroshima. 21 millones de civiles resultaron afectados y los efectos morales fueron cruciales para el ataque final.

El 26 de julio de 1945 los líderes aliados, reunidos en Potsdam (Alemania) recomendaron a Japón la rendición inmediata e incondicional, so pena de sufrir una destrucción total. EEUU se guardaba bajo la manga la carta de las bombas atómicas -un proyecto que vería la luz pronto y que le daría, además, una fuerte posición política frente a futuras negociaciones con la URSS. Ante la negativa de Japón a rendirse, durante los primeros diez días el país sería invadido por las tropas soviéticas e Hiroshima y Nagasaki atacadas por bombas atómicas.

El emperador Hirohito toma una decisión que marcaría la moral y el sentimiento patrio de Japón en las décadas siguientes: durante los días 9 y 10 de agosto recomienda el fin inmediato de la guerra -lo que le valió un golpe de Estado. El 15 de agosto se dirige por primera vez al pueblo por radio: había llegado la hora -dijo- de soportar lo insoportable. El 2 de septiembre firmaría la rendición japonesa en el acorazado estadounidense Missouri (aunque el final definitivo de la Segunda Guerra Mundial se extendería desde entonces hasta 1991).

Resultado de la última encuesta (octubre 2010)

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Un libro sobre mujeres del Renacimiento.
8 (21%)
Un descubridor del s. XVI
1 (2%)
La penicilina.
4 (10%)
La primera misión espacial.
10 (26%)
La derrota definitiva de Japón en la II Guerra Mundial.
15 (39%)

Votos: 38

La calabaza de Halloween.



Jack era un personaje muy conocido en las tabernas irlandesas de su pueblo. Un día se encontró al mismísimo diablo en una de ellas. El diablo intentó engañarle y Jack aceptó tomar un último trago con él; sin embargio, en el último momento fue más listo que el diablo, que se había convertido en moneda para pagar la bebida: Jack la cogió y se la metió en un bolsillo. Como tenía en él una cruz, el diablo no pudo volver a su forma original, hasta que Jack hizo un trato con él: le dejaría libre, pero hasta diez años después no podía reclamarle su alma.

Pasado ese tiempo, Jack se vio de nuevo con el diablo, que venía a reclamar su alma. El hombre le pidió que se subiera a un árbol para cogerle, como último ruego, una manzana; y cuando el diablo estaba bien arriba, Jack grabó rápidamente una cruz en el tronco, haciendo un nuevo trato con el diablo: nunca más le pediría su alma. El diablo, claro, tuvo que acceder.

Jack acabó muriendo, pero debido a sus múltiples y terribles pecados, no fue admitido en el cielo; tampoco en el infierno, ya que el diablo le había prometido que no le pediría su alma. Este sólo le concedió el poder regresar a la tierra, acompañado de un carbón encendido, para poder guiarse eternamente por las tinieblas. Jack introdujo el carbón en un nabo ahuecado para siempre.

Cuando los irlandeses emigraron a Estados Unidos, transformaron esa costumbre de recordar al espíritu de Jack con un nabo iluminado en una calabaza, más fácil de ahuecar, con la que vagaban en su fiesta nocturna de Halloween pidiendo comida o caramelos a cambio de no realizar ninguna travesura...

Origen de Halloween.



Era aproximadamente el 300 a.C cuando los celtas llegaron a Irlanda.

La primera semana de noviembre celebraban la fiesta dedicada al dios Samhain, divinidad de la muerte, con la que se consideraba terminado el verano. Se suponía que los druidas actuaban como mediums para comunicarse con los espíritus y poder guiarlos al Más Allá, ya que en estas fechas visitaban las casas de sus familiares y sus antiguas propiedades; para evitar malos espíritus, los habitantes debían poner una vela en sus casas, en recuerdo de cada uno de sus fallecidos.

Pero además, para aplacar a los espíritus, se debían realizar festines (treat), a cambio de los cuales los fallecidos no maldecirían ni harían daño a sus familiares (trick). Parece ser que los druidas, acompañados por niños y vírgenes, iban de casa en casa pidiendo comida, a fin de poder realizar un sacrificio en honor a Samhain; la casa que no entregaba nada era maldecida y una de las personas moriría a lo largo del año siguiente.

Repaso de la tectónica de placas.

Un repaso interactivo a la tectónica de placas, pinchando aquí (un interesante enlace, por ejemplo, para mis compañeros profesores que necesiten una rápida presentación de este tema)

La momificación egipcia.

Los antiguos egipcios pronto se dieron cuenta de que en los enterramientos sencillos practicados bajo la arena del desierto, el cuerpo se desecaba de forma natural, de modo que el cuerpo se conservaba. Enseguida asociaron la necesidad de preservar el cuerpo como condición indispensable para gozar de vida eterna en el Más Allá.

El comienzo del proceso de momificación artificial se desarrolló a finales del Predinástico, cuando los egipcios empezaron a realizar tumbas más complejas, con tumbas amplis y ataúdes donde la Naturaleza no podía intervenir como en el desierto.

La momificación se realizaba durante un tiempo ideal de 70 días en talleres cercanos a la necrópolis. El método variaba en días y material en función de la riqueza del difunto. El proceso idóneo tenía varios pasos:
  1. extracción del cerebro
  2. se realiza una incisión en el flanco izquierdo, por el que se sacaban las vísceras principales: hígado, pulmones, estómago e intestinos -que eran colocadas en vasos canopes después de limpiarlas y desecarlas separadas del cuerpo.
  3. limpieza de los huecos del cadáver
  4. embalaje del cuerpo en natrón y resinas olorosas. Inmersión del cadáver en una piscina de natrón durante 40 días
  5. después de ese tiempo, se rellenaban los huecos del cádaver con lino, resina y aromas -mirra, principalmente
  6. unción del cuerpo con ungüentos
  7. vendaje del cuerpo; se van incluyendo amuletos y joyas mágicas que necesitará el difunto en el Juicio de Osiris. La momia se introducía en un ataúd y este en hasta tres sarcófagos de materiales diferentes.



¿Qué es la diarquía?

El rey espartano Aristodemo, descendiente de Hilo, hijo de Heracles, murió muy poco después del nacimiento de sus hijos gemelos Procles y Eurístenes. Se decidió entonces que los hermanos reinaran juntos en Esparta, ya que era imposible distinguirlos y no se sabía cuál de ellos era el mayor. Y, además, se casaron con hermanas gemelas...

Por eso, dicen, Esparta tuvo una forma de gobierno especial: la diarquía, una monarquía dual vitalicia y hereditaria (heredando el hijo mayor nacido durante el reinado del padre). Los dos reyes eran sacerdotes de Zeus, jefes militares permanentes (podían salir en campaña juntos o separados) y miembros del Consejo de Ancianos -con función legislativa. El pueblo espartano se reservaba el derecho de deponerlos si era una necesidad para el bien de la comunidad y su poder se vio limitado por los magistrados éforos de la ciudad a partir del s. VII a.C.
  • La organización política de Esparta, aquí o aquí.
  • Clases sociales en Esparta, aquí.
  • Organización política de Atenas, la eterna enemiga de Esparta, aquí.

La Segunda Guerra Púnica (218- 201 a.C).


Sagunto, aliada de Roma, había sido conquistada por el cartaginés Aníbal. Era el comienzo de la Segunda Guerra Púnica: Roma respondía enviando a las legiones al mano de Publio Cornelio Escipión, pero el cartaginés avanzó con mayor rapidez hasta el Ródano, atravesando los Pirineos y los Alpes con un fuerte ejército de más de 40000 hombres -y los famosos elefantes- hasta casi las puertas de la ciudad de Roma (burlando, de paso, las previsiones de Escipión, que creía que se enfrentaría con él en la ciudad de Marsella).

Aníbal se dirigió al sur de Italia ante la mirada de estupor de los romanos -y dejando tras él la estela de un par de sonadas victorias militares contra ellos. Esta decisión, tal vez en busca de aliados, fue un error táctico que el cartaginés pagó caro, pues permitió a los romanos organizarse bajo el mando del dictador Quinto Fabio Máximo, que logró desequilibrar al ejército cartaginés. A su muerte, sin embargo, los romanos pasaron a la acción directa, siendo derrotados de forma humillante en la batalla de Cannas (50000 muertos, más de 10000 prisioneros). Era el año 216 a.C.



La respuesta romana fue brutal: reorganizó sus legiones, tomó represalias contra las ciudades italianas que se habían aliado a los cartagineses y logró cortar los suministros de Aníbal. Además, abría un frente paralelo en la península ibérica, expulsando a los cartagineses. 200000 soldados romanos se enfrentaban a los cartagineses. Aníbal sabía, seguramente, que no tenía escapatoria.

El golpe de gracia fue el desembarco romano en la ciudad de Cartago, el corazón de la patria de Aníbal. La capital pidió ayuda a su general más brillante, que abandonó parte de sus hombres en Italia. Aníbal se las vio con Escipión el Africano, hijo del cónsul contra el que había luchado años antes, y que conocía perfectamente sus tácticas militares, pues, asombrado por su poder militar, había estudiado todas sus batallas...

Era el año 202 a.C. En la batalla de Zama, Aníbal fue derrotado con sus propias tácticas. Cartago debía pagar otra indemnización de guerra y no declarar ninguna guerra sin autorización de Roma...

  • La historia completa de esta guerra, aquí.
  • ¿Quién fue Escipión el Africano? Aquí.
  • Estrategia en la batalla de Zama, aquí.

El matrimonio de los Reyes Católicos.


18 de octubre de 1469. Isabel, Princesa de Asturias y heredera del Reino de Castilla, se casa en secreto con su primo, el príncipe heredero Fernando de Aragón. La ciudad elegida es Valladolid.

Precede a la boda el nombramiento de Isabel como heredera el año anterior, fruto de fortísimas presiones sobre su hermanastro, el rey Enrique IV de Castilla -que intenta, en vano, nombrar heredera a su hija Juana y casar a Isabel con el rey de Portugal. El padre de Fernando, el rey aragonés Juan II, acuerda en secreto el matrimonio entre los dos príncipes, viendo la posibilidad, a lo lejos, de unir los dos reinos peninsulares principales... o queriendo evitar una alianza entre Castilla y Portugal.

El primer problema que hay que vencer, dentro del secreto, es la consaguinidad que hay entre la pareja, pues los abuelos de ambos son hermanos, y necesitan una dispensa papal para casarse, que no acaba de llegar. El Papa, Paulo II, estaba de acuerdo con la boda, ya que la futura reina de Castilla podría así ayudarle militarmente contra la más que probable invasión árabe de los territorios papales; pero el riesgo de tomar partido era grande, corriendo el peligro de enemistarse con los reyes de Portugal, Castilla y Francia. Finalmente, el arzobispo de Toledo -con el apoyo del enviado papal, Rodrigo Borgia, futuro Alejandro VI- falsificó la preciada bula, permitiendo a Fernando e Isabel casarse (matrimonio regulado finalmente tres años después).

Los novios viajaron hasta Valladolid escondidos, ocultando su identidad, a fin de que nadie se enterara. Sin embargo, el rey castellano se entera -tarde o temprano iba a pasar-, y como represalia anula su sucesión en su hermana, dándosela a su hija. La muerte de Enrique IV en 1474 provoca una guerra civil por la sucesión en Castilla, con Isabel siendo apoyada por Aragón y Juana por Portugal.

  • Una explicación mayor de esta boda, aquí.
  • La falsa bula de los Reyes Católicos, aquí.
  • Resumen de la política de los Reyes Católicos, aquí.
  • Política matrimonial de los Reyes Católicos, aquí.
  • Cronología de Isabel de Castilla, aquí.

¿Quién fue Atila?

Su fama le precedía (los ostrogodos se rindieron ante él sin luchar, engrosando sus filas). Decían de él y de los suyos que descendían de terribles espíritus de los pantanos. Atila (395?- 453), rey de los hunos -tras el más que posible asesinato de su hermano en el 445- y unificador de varias tribus germanas, bajo cuyo poder militar estuvo un amplio territorio europeo -desde el Mar Caspio hasta los Alpes-, procedía de las llanuras centrales de Asia.

Su poder se basaba en la fuerza de un inmenso ejército (cuyos soldados variaron en número desde los 300 000 hombres a los 600 000), y este le permitió atacar al Imperio Romano de Oriente, sometiendo al emperador a un fuerte tributo y la cesión de sus tierras del sur del Danubio. Después se dirigió a la parte occidental del Imperio Romano, invadiendo la Galia (donde fue vencido por Flavio Aecio, un antiguo conocido suyo, en la batalla de los Campos Cataláunicos), y más tarde a Italia -donde el Papa León Magno impidió, según cuenta, que llegara a las puertas de Roma y la arrasara, a cambio de un tributo.

A su muerte -cuentan que en su noche de bodas-, el Imperio Huno se desmoronó, víctima de luchas internas por el poder (a pesar de que fue uno de sus hijos quien le sucedió), un brote de peste que diezmó la población y el ataque del ejército de Arderico, que les hizo retroceder hasta el Volga.

  • En su avance, los hunos fueron "empujando" a otros pueblos germanos, siendo una de las causas de la caída del Imperio Romano. Puedes ver los movimientos de los germanos aquí o aquí.
  • Una biografía más amplia de Atila, aquí.