La constelación de Cáncer y el signo del Zodiaco con el mismo nombre tienen mucho que ver con el gran héroe Hércules, hijo de Zeus y de la princesa micénica Alcmena: encaprichado con la mujer, Zeus adoptó la forma del marida de esta, el rey Anfitrión para seducirla.
Hera, la esposa de Zeus, intentó desde el principio que el niño no naciera, aunque una de las sirvientas de Alcmena, Galantis, ayudó a su señora y le dijo a Hera que había llegado ya tarde... Cuando Hera descubrió que había sido engañada, transformó a Galantis en una comadreja; posteriormente, envió a la cuna del bebé dos serpientes venenosas, pero el niño las mató antes de que pudieran morderle.
El Hércules de la mitología griega no tiene mucho que ver con la película de dibujos animados de la factoría Disney... El joven -bello, musculoso, amado por muchos dioses, destinado a la gloria y a la fama- consiguió el favor del rey de Tebas y este, como pago por sus servicios, le ofreció la mano de su hija Mégara. Hera, pendiente aún de su venganza, hizo enloquecer a Hércules y este mató a su mujer y a sus hijos.
A fin de expiar su culpa, el héroe siguió la indicaciones del oráculo de Delfos: se puso al servicio como esclavo del rey Euristeo de Tirinto, trabajando para él durante doce años, en los que llevó a cabo sus conocidos doce trabajos. En uno de ellos debía lograr matar a la Hidra de Lerna: una difícil misión porque las cabezas del monstruo volvían a regenerarse cuando Hércules las decapitaba y una de ellas, además, era inmortal. Hera, además, envió un cangrejo (algunas fuentes dicen que fueron dos, en realidad) gigante que aprisionaron los tobillos del hombre mientras este luchaba contra la Hidra.
Como premio por su colaboración en la venganza contra Hércules, Hera colocó al cangrejo en el firmamento en forma de constelación.
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