Ío, Júpiter y la mitología griega

La luna Ío es uno de los satélites del planeta Júpiter, descubierta en 1610 por Galileo Galilei, y ha asombrado a la comunidad científica internacional al presentar en su superficie actividad volcánica, llegando a presentar al menos un lago de lava de 17ºC de temperatura (lo que es verdadero calor para un satélite que tiene 143º bajo cero de media...) y nos muestra una tonalidad anaranjada en su superficie. 

Pero Ío es mucho más... Porque en la mitología griega, Ío fue una princesa de Argos, nombrada por su padre sacerdotisa virgen de Hera Argiva, pero tan bella que el dios Zeus no pudo resistir la tentación de seducirla. Hera se enteró de esta relación -quizá la masa negra que Zeus solía crear cada vez que tenía una aventura extramatrimonial en la ciudad de turno era ya demasiado conocida para la diosa... A fin de escapar de la ira de su esposa, Zeus tocó a Ío, que quedó así transformada en una vaca, jurando que no había hecho nada. 


Hera, que no se fiaba en absoluto de su marido, pidió que le fuera entregada la vaca y la puso bajo la vigilancia de un guardián que no dormía nunca y vigilaba al animal a través de los miles de ojos que poseía por todo el cuerpo. De poco sirvió, porque cuenta que Zeus siguió viendo a su nueva amante aunque, eso sí, transformado en toro para la ocasión, hasta que, cansado de esconderse, le pidió a Hermes, patrón de los ladrones, que la robara. El robo le costó la vida al ladrón, que fue asesinado por Hermes de una pedrada.


Otros cuentan que Ío fue condenada a vagar errante por la tierra por parte de Hera, dificultando así a Zeus los encuentros amorosos con la joven, hasta que logró dejarla embarazada en Egipto tocándola con una mano, donde habría llegado en un largo viaje desde el norte de Grecia, Asia Menor, Siria y Fenicia. Junto al Nilo, Zeus le devuelve su forma humana, pudiendo dar a luz al nuevo hijo del dios, Épafo. La mitología egipcia se hizo eco de este hecho, asociando a Ío con la diosa Isis y a su hijo con el dios toro Apis. 

Épafo vivió en Egipto, dicen, casándose con Menfis, una hija del Nilo, fundando la ciudad que lleva este nombre y donde recibe adoración bajo su forma taurina de Apis. Su hija Libia fue raptada por Poseidón (cosas de familia).

Algo de todo esto debe recordar la Astronomía, pues Júpiter es el nombre romano de la divinidad griega Zeus... e Ío sigue dando vuelta alrededor de su amante...

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