El fuego valyrio de Juego de Tronos es real.



Muchos de nosotros ya hemos visto esta escena en la serie de televisión de Canción  de Fuego y Hielo (Juego de Tronos) o -mucho mejor- hemos podido leerla:



El fuego valyrio es usado en Juego de Tronos por Tyrion Lannister para hacer frente al ataque naval de la ciudad de Desembarco del Rey; los alquimistas de la ciudad crean de forma secreta -y no exenta de peligros, como la caída del techo de las celdas donde se fabrica- esta pasta verde altamente inflamable, en contacto con una chispa o por calor del sol. El Gnomo envía un barco repleto de vasijas de fuego valyrio para intentar hacer frente a las tropas de Stannis Baratheon.

Este arma, además, aparece también en el juego de consola de Assassin's Creed: su protagonista, Ezio Auditore, lo emplea en el s. XVI para destruir unos barcos del puerto que no le permiten llegar a la Capadocia.


El fuego valyrio de la ficción está inspirado en el fuego griego, usado como arma táctica por los bizantinos, cuando los musulmanes intentaron tomar la ciudad de Constantinopla a mediados del s. VII y a principios del s. VIII: toda una sorpresa militar que se empleó hasta 1204. Las réplicas posteriores realizadas por italianos fueron siempre de peor calidad.

No conocemos todos los ingredientes de este fuego griego, pero sabemos algunas cosas sobre él: ardía en contacto con el agua (por eso, por más que los musulmanes en el s. VII, con sus 1200 barcos lo intentaron, no lograron más que avivar las llamas cuando pretendían apagarlo); varios son los elementos que sí sabemos se empleaban para crearlo: nafta (una fracción del petróleo, conocida como bencian, formada por compuestos volátiles altamente inflamable), azufre, amoníaco, cal viva (que se calentaría al contacto con el agua, actuando como mecha) y nitrato (que aportaria el oxígeno necesario para que ardiera el combustible, a la manera de los fuegos artificiales actuales). La documentación de la época nos habla no sólo de imponentes llamas imposibles de apagar, sino también de gases, ruido atronador y mucho humo.



¿Cómo hubieran podido luchar los musulmantes contra este fuego? O, más bien, ¿cómo podrían las tropas de Stannis Baratheon haber evitado la masacre de sus barcos? Ahogando el fuego... con arena.

  • Más sobre el secreto químico del fuego griego, aquí y aquí.

2 aportaciones:

Anónimo dijo...

Después de ver el fuego en la serie solo me queda leerlo (¡qué ganas!).

Negrevernis dijo...

J.M.G, siempre es mejor leer antes el libro... Y ver la serie o la película después, sin caer en la decepción cuando sabemos que algunas partes del libro no están tratadas o los personajes no son como los imaginábamos...

Siempre, antes leer, ¿verdad?

Un abrazo.