Las virtudes del hombre romano (3): la pietas.

Los antiguos romanos asentaron la carrera política en una base moral: el conjunto formado por la pietas, la fides y la virtus. Las tres están perfectamente imbricadas, tanto, que una no es posible sin las otras dos, y juntas, permiten al romano poder asumir moralmente puestos de responsabilidad en el gobierno de la comunidad.

La pietas es la lealtad, el cumplimiento de los deberes con los dioses, la patria y la familia. Es el afán por el cuidado de lo que nos rodea y nos hace plenamente humanos: la pietas obliga al romano con los que le rodean. Esta virtud moral atravesó los límites cronológicos del mundo romano y se transmitió de forma artística, sobre todo en el Renacimiento, por medio del tema de la Pietà: la imagen de una Virgen María joven, sosteniendo con dignidad y entereza el cuerpo muerto del Hijo.

El héroe troyano Eneas, hijo de Venus, encarna plenamente esta virtud moral. Los dioses le encargaron la misión de dar origen al pueblo romano, misión que conoce a través de la sibila Deifobe, que le desvela el deseo de los dioses cuando ya ha salido de Troya. Ya en la península italiana, tras un penoso viaje que durará siete años, se casa con la princesa latina Lavinia y funda la ciudad de Lavinio. Muerto en combate singular ante el rey de los rúculos, su hijo Ascanio funda Alba Longa, la semilla de la futura Roma.

Aunque algunos dicen que, efectivamente, existió una mujer llamada Roma, descendiente de Hércules, y que se casó con Eneas... Los propios emperadores, con Octavio Augusto a la cabeza, se consideraron descendientes de Eneas y, por tanto, de la mismísima Venus.

Pero, además, Eneas no es sólo el padre fundador de Roma: es también el ejemplo heroico de hijo comprometido con sus deberes familiares, pues cuando huye de Roma lo hace portando sobre sus hombros a su padre Anquises, acompañado de su pequeño hijo Julo o Ascanio. Su primera mujer, la princesa troyana Hécuba, murió en el asedio.

  • Orígenes legendarios de Roma, aquí.

2 aportaciones:

Jandra Insaurralde dijo...

Está muy bueno :D Pero te corrijo la última parte, La esposa de Eneas era Creusa, no Hécuba, esa era la mamá de Héctor...por lo demás te agradezco, me sirvió mucho :)

Negrevernis dijo...

Eneas se casó después con la princesa latina Lavinia; se fundó después, en su honor, la ciudad de Lavinia. Eneas acabó convertido tiempo después en rey de troyanos y latinos tras la victoria sobre los rútulos.

Hécuba, efectivamente, fue la segunda esposa del rey Príamo, además de una princesa frigia. Paris y Casandra fueron también hijos suyos.

Gracias por la corrección.

Un saludo.