Es el precedente directo de la enfermería moderna, aunque también podemos ver en ella un ejemplo de mujer contracorriente, ya que se enfrentó a su familia y a la sociedad de su tiempo para conseguir una formación que le permitiera trabajar... Su padre había sentado en ella -y en su hermana mayor- el amor al estudio, ya que procuró para ellas estudios que hasta entonces estaban reservadas a los hombres. El problema, claro, surgió cuando Florence decidió que no iba a seguir la constumbre del momento y centrar su vida en el matrimonio y el cuidado de hijos (que era lo propio de señoritas de clase elevada, como ella).
La italiana Florence Nightingale (1820- 1910) logró su fama como enfermera en la guerra de Crimea, curando a enfermos y heridos. Fue ella la que impuso un sistema de higiene entre los enfermos, procurándoles ropas limpias y mudas de sábanas, así como oportunidades para recibir cartas o espacios para la lectura. Dicen que todas las noches recorría todas y cada una de las camas de los enfermos, acompañada sólo por la luz de su lámpara...
Después de la guerra se dedicó a escribir obras formativas de carácter sanitario, creando además un centro de formación para enfermeras laicas. la Escuela y el Fondo Nightingale . Ya durante su periodo formativo en distintos hospitales europeos había ido recopilando información y escrito textos destinados a la mejora de los cuidados de los enfermos. Poco tiempo después, muchas de ellas se desplazaban fuera de Gran Bretaña: Australia, Canadá, Finlandia... Un buen número de ellas tomaron pronto puestos de responsabilidad en distintos hospitales, continuando su labor formativa al abandonar la escuela, como era el deseo de Florence.
Su legado se mantiene aún, pues a principios de la década de 1930 se fundó la Organización Internacional Florence Nightingale, destinada a mantener su legado formativo. Su símbolo es la llama del candil de Florence...
0 aportaciones:
Publicar un comentario