Las magistraturas romanas (cursus honorum)

En tiempos de la República Romana, cuando un joven patricio alcanzaba los 16 años, ya podía comenzar su carrera política o ingresar en el ejército. No en vano, desde esa edad ya podía vestir la toga virilis, la que le identificaba como un hombre, y podía casarse, siguiendo las directrices de sus padres.

Las magistraturas romanas eran cargos políticos que formaban una rígida carrera política y militar, muy jerarquizada, y en la que se iban escalando puestos a medida que se había pasado por cargos inferiores y se acumulaba experiencia militar. Estos cargos tenían varias características:
  • colegiados: a fin de equilibrar el poder y evitar la corrupción (cosa que no se logró a partir de época imperial), todos los cargos se compartían con, al menos, otra persona.
  • no se cobra un sueldo.
  • anuales, de forma que todos los años había votaciones
  • electos, excepto el cargo de senador, reservado para los antiguos cónsules y con carácter vitalicio. Las Asambleas centuriadas se encargaban -entre otras cosas- de elegir a los cónsules, pretores y censores, y las Asambleas de tribus, a los ediles, tribunos y cuestores.
Casi todas las magistraturas eran ordinarias, propias de tiempo de paz, y sólo el cargo de dictador era extraordinario, propio de épocas difíciles; se encargaba así, durante seis meses, de gobernar Roma y su ejército, y su poder estaba por encima del de los cónsules. El dictador tenía, además, un ayudante, el jefe de caballería.

El primer paso para comenzar el cursus honorum era el cargo de tribuno militar, que no es una magistratura en sí misma, pero sí otorgaba la experiencia militar imprescindible que se exigía para escalar posiciones en el poder político de Roma.

Seis eran las magistraturas ordinarias, ordenadas de mayor a menor importancia política:
  1. Cónsul, siempre elegidos de dos en dos, y tan importantes que daban nombre al año en el que gobernaban. Jefes máximos del ejército, presidían las sesiones del Senado y se turnaban diariamente en el ejercicio del poder. Sólo se podía acceder a este cargo con una edad mínima de 42 años; tras haber sido cónsul, en teoría sólo se podía volver a ser elegido tras un periodo de diez años. Luego eran senadores o procónsules (gobernando provincias).
  2. Pretor, en número de ocho, se encargaban de los tribunales de Roma. Después podían ser propretores, gobernando sobre algunos territorios de menor importancia que las provincias.
  3. Edil; eran elegidos de cuatro en cuatro (dos patricios y dos plebeyos) y se encargaban del gobierno de las ciudades.
  4. Cuestor, llegó a haber cuarenta en tiempos de César. La edad mínima para acceder a este cargo era de 29 años. Se encargaban de las arcas y gastos del Estado.
  5. Censor; algunos de ellos podían haber sido cónsules. Eran dos y su cargo duraba cinco años, aunque sólo lo ejercían los dieciocho primeros meses. Su trabajo era elaborar las listas de ciudadanos (censos) y dictaminar quién podía pertenecer o no a una clase social.
  6. Tribuno de la plebe. Es una magistratura especial, ocupada siempre por plebeyos, y no necesaria para continuar la carrera política. Tenían derecho de veto sobre las decisiones del Senado, de forma que se encargaban de que estas no dañaran los derechos de los plebeyos. Su figura era intocable, y una agresión a uno de ellos acarreaba la pena de muerte.
  • Una explicación más amplia de este tema, aquí y aquí.
  • Un esquema sobre el cursus honorum, aquí.
  • El acceso a las magistraturas, en una imagen, aquí.
  • Tal vez te atrevas con unos ejercicios hotpotatoes sobre este tema, aquí.
  • Sistema político romano, aquí.

6 aportaciones:

Coral dijo...

¡Qué organización más perfecta! Estos romanos no dejaban nada al azar, todo lo tenían atado y bien atado, o casi todo...

Un saludo y ¡buen blog!

Negrevernis dijo...

Todo, todo. La clave de su poder durante casi dos mil años estuvo en su organización... y su ejército, claro.
Un saludo y gracias por pasarte.

PACO HIDALGO dijo...

Sensacional repaso; vienen muy bien para las clases de Cultura Clásica. Abrazos.

Negrevernis dijo...

Gracias, Paco.
Espero que lo puedas usar en alguna de tus clases.
Un abrazo.

José Francisco Gutiérrez Ventosa dijo...

Un blog muy útil e interesante. Soy estudiante de historia por la UNED y consulto muchas páginas por internet. Sólo tengo una pregunta, ¿qué fuente bibliográfica has consultado para ordenar las magistraturas por orden de importancia política tal como lo has hecho?

Negrevernis dijo...

Hola, José Francisco. Gracias por tu comentario. Esta entrada la realicé pensando en mis alumnos de 1º de ESO, ya que el programa incluye el mundo romano.

Sobre tu pregunta, no he consultado bibliografía para esta entrada, ya que es fruto de mis clases, pero tienes un buen libro en Santiago Montero et alii: El Imperio Romano (Ed. Visor Libros).

Un saludo.