El clima seco y uniforme, desértico y con suaves inviernos, propiciaron que los antiguos egipcios tuvieran ropas ligeras, sobre todo como protección ante los rayos solares. Sus ropas son conocidas por nosotros a través de las pinturas murales o esculturas, ya que los restos que los arqueólogos han podido encontrar son fragmentarios y nos permiten, como mucho, conocer los textiles que usaban con más frecuencia.
El tejido más usado fue el lino, generalmente blanco o en tono crudo, ligero y muy lavable -de hecho, ropas y rollos de lino son muy frecuentes en los ajuares funerarios. Los complementos y tocados servían para dar color y marcar las diferencias sociales. Tal vez, además, usaron en algunas ocasiones la lana.
Los hombres se vestían con el shenti: una tira de lino estrecha y larga, sobre el vientre y a modo de calzón o faldellín muy corto; el vestido se podía complementar, sobre todo en el Imperio Nuevo, con una túnica transparente colocada a modo de poncho, el uso de cinturones ajustados (que era un signo de lujo) y un manto colocado sobre el hombro izquierdo.
Los faraones vestían como el resto de sus súbdito masculinos, adornando sus ropas con joyas y símbolos de poder propios de su rango. De forma especial podían usar unos faldellines largos plisados, a rayas azules, amarillas y verdes, así como anchos cinturones. Sus túnicas transparentes tenían varias caoas y se adornaban con cintas de colores por delante.
Los sacerdotes se rasuraban el pelo y el cuerpo y vestían también al modo masculino, aunque podían complementar sus ropas son complementos adecuados a su condición sacerdotal, como una piel de pantera sobre los hombros y collares trapezoidales.
El vestido femenino era muy sencillo: una túnica de lino blanco o crudo muy ceñida, con escote de pico y uno o dos tirantes -o mangas muy cortas. Las nobles podían usar colores más llamativos, como rojos y naranjas. Estos vestidos se decoraban con pinturas, bordados, plisados o redecillas de cuentas de colores, así como con el uso de brazaletes, anillos o diademas. En el Imperio Nuevo se añadía sobre la túnica una blusa transparente de anchas mangas, plisada, o túnicas más pequeñas atadas con un nudo sobre el pecho. Además, era frecuente el uso de pelucas -también entre los hombres-, hechas de lino negro y hasta la altura de los hombros, como protección solar, o el uso del khol como antiséptico ocular.
Los hombres se vestían con el shenti: una tira de lino estrecha y larga, sobre el vientre y a modo de calzón o faldellín muy corto; el vestido se podía complementar, sobre todo en el Imperio Nuevo, con una túnica transparente colocada a modo de poncho, el uso de cinturones ajustados (que era un signo de lujo) y un manto colocado sobre el hombro izquierdo.
Los faraones vestían como el resto de sus súbdito masculinos, adornando sus ropas con joyas y símbolos de poder propios de su rango. De forma especial podían usar unos faldellines largos plisados, a rayas azules, amarillas y verdes, así como anchos cinturones. Sus túnicas transparentes tenían varias caoas y se adornaban con cintas de colores por delante.
Los sacerdotes se rasuraban el pelo y el cuerpo y vestían también al modo masculino, aunque podían complementar sus ropas son complementos adecuados a su condición sacerdotal, como una piel de pantera sobre los hombros y collares trapezoidales.
El vestido femenino era muy sencillo: una túnica de lino blanco o crudo muy ceñida, con escote de pico y uno o dos tirantes -o mangas muy cortas. Las nobles podían usar colores más llamativos, como rojos y naranjas. Estos vestidos se decoraban con pinturas, bordados, plisados o redecillas de cuentas de colores, así como con el uso de brazaletes, anillos o diademas. En el Imperio Nuevo se añadía sobre la túnica una blusa transparente de anchas mangas, plisada, o túnicas más pequeñas atadas con un nudo sobre el pecho. Además, era frecuente el uso de pelucas -también entre los hombres-, hechas de lino negro y hasta la altura de los hombros, como protección solar, o el uso del khol como antiséptico ocular.
2 aportaciones:
Qué magnífica fuente de información tenemos con la abundancia de pinturas egipcias que, por fortuna, se han conservado.
Me llama la atención lo del khol, ahora todas las chicas como locas creyéndonos a la última por pintar de manera atractiva la raya del ojo, cuando esta moda estaba ya más que inventada.
Un saludo!
Así es: a mí también me llama la atención que mis alumnas quinceañeras piensan que "lo último" es esa raya negra en forma de cola de golondrina... cuando en realidad es el maquillaje de moda hace casi 4000 años...
Un saludo.
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