La guerra de Troya (4): la muerte de Aquiles

Aquiles no quiso oir los ruegos de Patroclo para que volviera al combate, de forma que este decidió vestirse con las prendas de guerrear de su amigo y se lanzó a la batalla; con tal ansia y rabia que todos pensaban que era el mismísimo héroe el que estaba entre sus filas, hasta que en un momento de la contienda, el príncipe troyano Héctor acabó con su vida.

El héroe Aquiles sollozó largamente ante el cadáver de Patroclo y juró vengar su muerte. Así, al día siguiente, combatió fieramente, aterrorizando al bando troyano hasta el punto que creían que los griegos tenían un demonio entre sus filas. Su objetivo estaba claro: encontrar y acabar con la vida de Héctor, en un vano intento por recuperar el honor perdido de Patroclo en la batalla.

Lo encontró, claro. El odio fue tan extremo que Aquiles le cortó el cuello a Héctor de un solo y certero tajo de su espada, atando luego por los tobillos el cadáver y arrastrándolo ante las murallas de Troya. Príamo, el rey de Troya, acudió al día siguiente junto a su familia al campamento griego, suplicando le devolvieran el cuerpo de su hijo muerto para poder enterrarlo. Tanta era su desesperación y piedad que Aquiles se calmó un poco, se lo devolvió y declaró una tregua de doce días en honor al joven príncipe troyano.

Unos días después, Aquiles concierta una cita con Príamo, pues se ha enamorado de su hija. Oculto tras la estatua del dios Apolo, en cuyo templo iban a encontrarse héroe y rey, Paris le lanzó una flecha al talón, el único punto no inmortal de Aquiles, provocando su muerte.


Más sobre Troya pinchando aquí.

2 aportaciones:

Mr Blogger dijo...

Vaya, yo había oído otra versión distinta de la muerte de aquiles (de los prolegómenos al menos)

Negrevernis dijo...

¿Qué historia habías oído?