Las aventuras de Hércules (12): las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.

El rey Euristeo consideró que Hércules no sería capaz de superar la penúltima prueba: traerle unas manzanas del Jardín de las Hespérides.

El héroe supo inmediatamente que esta vez había un gran riesgo, ya que esos frutos procedían de unos árboles de la mismísima diosa Hera; pero tenía una posibilidad, ya que el Jardín se encontraba en las faldas del monte Atlas, según pudo saber tras interrogar de malos modos a Nereo, de forma que en caso de apuro podría pedirle ayuda al titán. Pero claro, había que hacerlo con astucia, ya que Atlas estaba castigado a sostener el mundo sobre sus hombros como castigo por su traición a Zeus.

Cuando estuvo ante Atlas le convenció simulando tener lástima de él y de su tremendo castigo; Hércules se ofreció a sostener un poco el Universo si a cambio el Titán iba hasta el Jardín y le traía las manzanas. Así lo hizo Atlas, pero pronto se dio cuenta Hércules de que no parecía muy dispuesto a retomar de nuevo su puesto en el castigo.

Hércules, que además de ser un poco bruto, era también muy astuto -por eso es de la raza de los héroes-, engañó de nuevo a Atlas, diciendo que el Mundo no estaba bien equilibrado sobre sus hombros y que le ayudara a colocarlo mejor. Cuando Atlas se acercó a él para ayudarlo, Hércules aprovechó para pasarle el peso y dejarlo clavado allí, alejándose rápidamente de vuelta al palacio de Euristeo.

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1 aportaciones:

Anónimo dijo...

me encanta esta web