Las bailarinas egipcias.

Esta imagen me gusta especialmente -de hecho, siempre la pongo en clase, ¿verdad?. Y me gusta porque es una excepción a la ley artística número uno del arte egipcio: la ley de frontalidad.

¿En qué consiste? Seguro que lo sabes, aunque no le pongas palabras ahora mismo: pies, piernas y cabeza se representan de perfil, pero ojos, tronco, hombros y manos lo hacen de frente. ¿Qué raros son? No, para nada: el arte es una expresión de la cultura y la forma de pensar de la gente de esa época, de forma que los egipcios, absolutamente racionales, lo que querían representar era lo que definía perfectamente a una figura, pero todo a la vez y sin confusión.

Claro, esto no quiere decir que los egipcios no supieran hacer las figuras de otra manera, y esta es la prueba (hubo más excepciones, como las esculturas y relieves en época de Akenatón, pero esa es otra historia y ya la contaré). Y para demostrarlo, aquí están estas bailarinas, que se encuentran ahora en el Museo Británico de Londres. Como puedes ver, las bailarinas se acogen a la rigidez artística egipcia, pero no así la flautista, que aparece mostrándonos su cara perfectamente...

Por lo demás, las bailarinas te muestran más cosas que hacen al arte egipcio plenamente identificable:

• la importancia de las líneas, que delimitan perfectamente la figura
• la narración y el simbolismo: ¿a que está claro que estás viendo una fiesta, en dos planos, con las flautistas en primer plano? Pero eso que igual te piensas que es una tarta, es en realidad el símbolo de un jardín... Y es que afortunadamente, las noches egipcias son más frescas que el día...
• y como no crean profundidad usando la perspectiva, nos hacen creer esa sensación de fondo poniendo las figuras en filas, como en planos.
• alguno me dirá (porque encima hay alumnos que me escuchan mucho en clase) lo de que los hombres se pintan en colores oscuros y las mujeres en claros. Muy bien, eso es, pero es que las bailarinas y las músicas eran una excepción...
  

Y a los egipcios les gustaba la música, las fiestas y el baile; y fíjate que la bailarina es también una excepción en eso de la ley de frontalidad: la han pillado en plena naturalidad de su ejercicio acrobático: