Generalmente el nombre de las mujeres no aparece en los libros de Historia -salvo casos excepcionales, claro. Por eso Sofonisba Anguisola (1532-1625) no es conocida, a pesar de ser una de las grandes artistas de su tiempo.
Su padre era miembro de la baja nobleza genovesa y se preocupó por educar a sus hijas y favorecer sus talentos artísticos -cuatro de sus hermanas fueron también pintoras, otra, escritora, y su hermano, músico. Así, estudió con artistas locales de su época e incluso el gran Miguel Ángel fue uno de sus maestros, cuando estuvo en Roma y se dio cuenta de su talento.
Su padre era miembro de la baja nobleza genovesa y se preocupó por educar a sus hijas y favorecer sus talentos artísticos -cuatro de sus hermanas fueron también pintoras, otra, escritora, y su hermano, músico. Así, estudió con artistas locales de su época e incluso el gran Miguel Ángel fue uno de sus maestros, cuando estuvo en Roma y se dio cuenta de su talento.
Trabajó en España para la corte de Felipe II, donde estaba también el pintor Alonso Sánchez Coello -cuentan que este quiso adelantar la salida de la corte de Sofonisba, dado su reconocido talento, temiendo perder el favoritismo del rey.
Pero al ser mujer lo tuvo difícil, ya que no pudo ampliar sus estudios del natural ni de anatomía, ya que no era bien visto que una mujer de su nivel social viera cuerpos desnudos, ni tampoco pudo vender ninguna de sus obras, porque eso era considerado indigno y propio de prostitutas. Así que se dedicó a hacer retratos de personalidades ilustres, familiares o autorretratos, regalando después sus obras. De esta forma, sus cuadros han permanecido ocultos o sido atribuídos a otros autores hasta hace poco.
Se casó en dos ocasiones, y fue su segundo marido, el capitán Orazio Lomellino, quien la apoyó más en su faceta artística, permitiendo a Sofonisba vivir cómodamente y dar clase a jóvenes artistas genoveses.
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