Llegaron a Eolia, la isla donde vivía Eolo, el dios de los vientos; les recibió con hospitalidad y Ulises y sus compañeros pudieron descansar por fin durante un mes.
Cuando acabó el tiempo, Ulises le pidió al dios que le ayudara a volver a casa y Eolo empujó la nave con vientos favorables hasta las costas de Ítaca. ¡Por fin llegaban a casa! El dios había metido en un odre de piel de vaca todos los vientos desfavorables.
Pero los hombres de Ulises pensaron que en el odre su líder llevaba un tesoro de oro y plata, y aprovechando que su jefe estaba durmiendo, lo abrieron por curiosidad -o temiendo que Ulises no lo fuera a repartir con ellos.
Una fuerte tormenta se desató cuando los vientos desfavorables fueron liberados, haciendo regresar a la nave a la isla de Eolia. Ulises, enfurecido con sus hombres, pidió de nuevo al dios Eolo que le llevara hasta casa, pero este pensó que el héroe tenía a todos los dioses en su contra, y por miedo a las represalias, le echó inmediatamente de su isla sin ayudarle una segunda vez.
2 aportaciones:
Eso les pasa por listos. No se Ulises que pensará de ellos, pero la tripulación se la juega más de dos veces...
Bueno, es el héroe...
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