No perdió tiempo Hércules para empezar a protagonizar aventuras: su primer objetivo fue Tebas, pues la ciudad debía pagar un pesadísimo tributo a la polis vecina. El rey Creonte le ofreció por esposa a su hija Mégara, en señal de agradecimiento.
Hércules y Mégara fueron felices juntos y tuvieron hijos. Pero la gloria y la fama, como le habían profetizado al héroe, tenían un precio: Hera, que no se había olvidado de su afán por destruir al griego, le hizo enloquecer hasta el punto de que en un acceso del mal Hércules mató a su mujer y a sus hijos, pensando que eran enemigos.
Abatido por el dolor, marcha al oráculo de Delfos, para consultar al dios Apolo cómo podría expiar el pecado cometido. Será allí donde la Pitia le cambiará su nombre original -Alceo, como su abuelo-, por el de Heracles -Hércules para los romanos.
Hércules y Mégara fueron felices juntos y tuvieron hijos. Pero la gloria y la fama, como le habían profetizado al héroe, tenían un precio: Hera, que no se había olvidado de su afán por destruir al griego, le hizo enloquecer hasta el punto de que en un acceso del mal Hércules mató a su mujer y a sus hijos, pensando que eran enemigos.
Abatido por el dolor, marcha al oráculo de Delfos, para consultar al dios Apolo cómo podría expiar el pecado cometido. Será allí donde la Pitia le cambiará su nombre original -Alceo, como su abuelo-, por el de Heracles -Hércules para los romanos.
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