Carlos II de Habsburgo (1661-1700) era hijo de Felipe IV y su segunda esposa y sobrina, una jovencísima de 15 años, Mariana de Austria -no hay que olvidar que las políticas matrimoniales de la época fomentaban la endogamia, buscando alianzas entre Estados o herederos (el anterior hijo varón de Felipe IV, tenido con Isabel de Borbón, había muerto).
Heredó el trono siendo niño, con apenas cuatro años, de forma que su madre tuvo que actuar como regente durante su minoría de edad, dejando a los validos el control casi absoluto del gobierno. Durante toda su vida Carlos II arrastró una salud endeble (llegó a sufrir con 30 años vejez prematura) y una casi nula capacidad física, así como, tal vez, problemas psíquicos y de carácter -eran muy conocidos sus accesos de ira frecuentes e incotrolados ya desde muy joven.
Se casó dos veces -dicen que, además, muy enamorado de su primera esposa, María Luisa de Orleans-, pero la ausencia de herederos planteó un serio problema sucesorio de carácter internacional (siendo especialmente importante para el rey Luis XIV de Francia, que ansiaba aumentar su territorio a costa de España), favoreciendo numerosas intrigas palaciegas hasta el mismo momento de la muerte del rey. Sus dos mujeres fueron sometidas a tratamientos de fertilidad de la época, como beber de forma continuada aguas minerales, baños termales o la ingesta de diversas plantas que llevaron a ambas al borde de la muerte.
Así, el reinado de Carlos II queda marcado para la Historia con dos episodios: la bancarrota y pérdida de la hegemonía europea de España y el final de la dinastía de los Austrias en España; su muerte desencadena la Guerra de Sucesión (1700-1714), que abrirá paso al terminar a la entrada de una nueva familia de reyes: la de los Borbones, en la figura de Felipe D'Anjou (Felipe V), nieto de Luis XIV de Francia.
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2 aportaciones:
Hola Montse!
Hacía tiempo que no entraba en tu blog.
Me ha gustado este post sobre "El Hechizado", pero veo que no entras en la polémica de porqué dejó en su testamento la corona de España a su primo lejano francés en vez de a los más cercanos austrias.
¿Otro arrebato de ira? o ¿una decisión de estadista?
Saludos. Alfredo
Hola, Alfredo.
Acertado comentario. No he entrado en ese tema ni en el posterior desarrollo de la Guerra de Sucesión porque quiero hacer sendas entradas sobre esto :-)
¿Y si el rey estuvo, sin más, manipulado en su lecho de muerte?
Un abrazo.
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