Orfeo y Eurídice.

El príncipe tracio Orfeo tenía el poder de encantar a la mismísima naturaleza -tal vez por sus orígenes, ya que era hijo de la musa Calíope. De su madre heredó la habilidad de la poesía y de la música. Las ninfas de los bosques le adoraban también por su extrema belleza, por lo que no tuvo problemas en poder elegir a Eurídice.

La joven languideció pronto en el palacio de Orfeo, y este, temiendo que su mujer se marchitara, le dio permiso para volver a pasear por los bosques y correr por los prados. Pero un día Aristeo, el dios de los cazadores, la vio y la persiguió. Eurídice, la huir de él, pisó una serpiente y esta le mordió en un tobillo; el veneno del animal se extendió por su cuerpo hasta matarla.

Orfeo creyó enloquecer de dolor al saber la noticia y ver el cuerpo muerto de la joven, y de su lira sólo podía arrancar notas tristes y melancólicas. Un día se decidió al fin, aunque su plan parecía descabellado: visitar el reino de los muertos y rescatar a Eurídice. Emprendió el viaje, mientras que su música llegaba antes que él a los terrenos de Hades y Perséfone; sus canciones llegaron a conmover a los espíritus y a los propios reyes del Infierno, que, como premio por su amor apasionado, le concedieron recoger a Eurídice, con una única condición: no debía volverse para mirarla.

El príncipe corrió hasta su amada. La música le perseguía y le envolvía mientras la abrazaba apasionadamente. Se apresuraron a salir del reino de los muertos... Pero Orfeo no pudo reprimir su impulso natural de mirar hacia atrás, a sólo unos pocos metros de la salida, para comprobar que su esposa le seguía. Y esto fue su perdición, pues sólo pudo ver cómo ella se desvanecía y desaparecía para siempre...

Orfeo se retiró al monte Ródope, en su tierra tracia. Su belleza y languidez enamoraron a las mujeres de la zona, pero él sólo tenía recuerdos y ojos para su amada Eurídice. Sintiéndose despechadas, enloquecidas y salvajes, le mataron en las fiestas del dios Dioniso.

6 aportaciones:

PACO HIDALGO dijo...

A veces, es mejor no mirar atrás. TRiste historia la del melancólico Orfeo. Mis mejores deseos para este año recién estrenado. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos.

Negrevernis dijo...

Siempre hay que avanzar. Que no se nos olvide este nuevo año.
Estupendos los materiales de tu blog.

Un saludo.

Cayetano dijo...

Aquí tenemos al "Conde Olinos" que en la mañana de san Juan hacía cosas parecidas. Aunque a mí personalmente me gusta más el mito griego.
Un saludo.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Una "inmortal" historia de amor. La música amansando al can Cerbero en la puerta del los infiernos y la debilidad de Orfeo volviéndose para ver a su amada. Los mejores ingredientes para la creación de un mito. Son preciosas todas estas historias de la mitólogía clásica, que tan bien conocían los artístas del renacimiento y del barroco, como vemos en sus obras. Me ha gustado mucho volver a leer esta vieja historia, que hacía mucho que no oía. Un abrazo.

Negrevernis dijo...

Así es, Cayetano. Yo también me quedo con el mito.

Un saludo.

Negrevernis dijo...

Desdelaterraza,
las representaciones que nos comentas darían para otra entrada. Lo tendré en cuenta.

Un saludo