Lutero ante la Dieta de Worms (1521)


Abril de 1521.

El año anterior el Papa León X había amenazado a Lutero con la excomunión si no se retractaba de sus heréticas ideas dentro de un plazo de 60 días. El todavía monje agustino responde quemando públicamente no sólo la bula amenazadora, sino también libros de Derecho canónico y algunas obras de la Teología escolástica que criticaba. El impacto social de este hecho fue enorme y su superior le libera del voto de obediencia.

A principios de 1521 la excomunión ya es oficial, pero es necesario que el emperador Carlos V le dé audiencia, a fin de que las consecuencias civiles de esta acción se puedan llevar a cabo. El nuncio papal se opuso a esto, pero el recién estrenado y jovencísimo emperador quería hacer cumplir la ley.

Por eso, Lutero comparece ante la Dieta de Worms -la primera, obligatoria tras la coronación imperial, que no se había podido hacer en Nüremberg, como era lo habitual, por motivo de la epidemia de peste que asolaba la ciudad. Y ante los representantes de la nobleza alemana, príncipes electores y Carlos V, reconoce sus escritos, tal vez allá, en algún punto de la sala, admite que son suyos: sólo la fe salva, no las obras; la Iglesia está corrupta y da bandazos morales y económicos; el sacerdocio es universal, no terreno de unos pocos; el creyente, por la fe, puede por sí mismo interpretar las Sagradas Escrituras, sin ayuda de mediadores eclesiales. E incluso los Concilios pueden equivocarse. Pero no, no se retracta: se lo impide su conciencia ante Dios.

Y la decisión es irrevocable: Carlos V firma el Edicto de Worms el 26 de mayo: Lutero es, efectivamente, un hereje excomulgado, y como tal, proscrito. Sus obras, además, se prohiben en todo el territorio de la nación alemana.

4 aportaciones:

Cayetano dijo...

Un momento cumbre donde se escenifica la ruptura religiosa dando lugar a dos perspectivas diferentes del cristianismo. Un momento muy significativo en la historia de Europa.
Saludos.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Tanto incomodaba Lutero al emperador que se le atribuye la frase “Que bien estaría sin la gota y sin Lutero” al parecer los dos males que atormentaban su cuerpo, la primera y su alma, el segundo. Un abrazo.

Negrevernis dijo...

Cayetano,
y el germen e impulso para otras reformas posteriores, como la de Zuinglio y Calvino.

Un abrazo.

Negrevernis dijo...

Desdelaterraza,
lo de Lutero tenía ya poca solución porque los príncipes alemanes aprovecharon para mostrar su oposición frente al emperador...

Pero la gota, si su régimen de comidas hubiera sido más sano, con más verduras (que no le gustaban), y menos caldos de carnes de caza, le hubiera ido mejor ;-)

Un saludo.