Me han regalado un marcapáginas hace unos días (un amigo ha recordado mi afición a estos chismes). Y la elección no ha podido ser más acertada, pues el objeto en cuestión reproduce uno de los cuatro retratos hechos por Leonardo Da Vinci. Tal vez hizo más, pero con este genio, ya se sabe...
Se trata de La dama del armiño, aunque la joven retratada, de apenas diecisiete años, no es anónima: es Cecilia Gallerani, la amante oficial y plenamente reconocida de Ludovico Sforza, duque de Milán. Un retrato en tres cuartos que alarga el de busto tradicional del Renacimiento, realizado por el genio italiano en 1490, el movimiento sugerido en el giro de la cabeza, que produce una ligera torsión del cuerpo, la luz iluminando la figura desde el lateral, destacando sobre la mano, que queda así especialmente resaltada hacia el espectador.
La suavidad de los rasgos y la mano torneada nos recuerdan a la Gioconda, un cuadro posterior donde se perfeccionará la pericia del pintor. Ella posa con un armiño entre los brazos, símbolo del propio duque de Mantua, que recibió este emblema de manos de Fernando I de Aragón; el animal ha dado que hablar, porque su pronunciación en griego es similar al apellido de la joven, y con frecuencia se asociaba a los armiños con la aristocracia. La joven lleva un vestido acorde con su posición social, como amante del duque, con una gasa transparente ribeteada en oro sobre el cabello, recogido en una trenza trasera, vestido rojo con mangas y lazos y una ampla capa azul.
Famosa por su belleza e inteligencia, destacando en el dominio del latín, la literatura, la filosofía y la música, Ludovico y ella se conocieron en Milán, y tanto debió ser el ardor entre ambos que el duque retrasó su matrimonio con Beatrice d'Este, hija del duque de Ferrara, hasta 1491, presionado por su futuro suegro. Mientras, Cecilia quedó embarazada y tuvo un hijo del duque. El Sforza se vio obligado a casar a su amante con el conde de Bergamino.
- Un amplio estudio del cuadro, la joven y la ubicación actual de la obra, aquí.
2 aportaciones:
Para mí, el retrato que más me gusta entre los de su especie. Siempre ha sido uno de mis preferidos.
Un saludo.
Así es, Cayetano. Un retrato más suave que la Gioconda, aunque causó menos obsesión al artista. También uno de mis favoritos.
Un saludo.
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