Las 95 tesis de Lutero (1517)

Tarde otoñal en Wittenberg, 31 de octubre de 1517. El portal de la iglesia de su castillo era lugar donde se disputaban enfrentamientos teológicos.

Lutero había escrito a Alberto de Brandeburgo, arzobispo de Magdeburgo, criticando la venta de indulgencias para la obtención de limosnas con las que ayudar a la financiación de la construcción de la Basílica de San Pedro; consideraba él que se estaba jugando con la piedad de los feligreses.

El pueblo de Sajonia, donde Lutero desarrollaba su pastoral, estaba acostumbrado a convivir con estos méritos (el duque Federico III poseía una amplísima colección de reliquias -unas 19000 piezas-, y la peregrinación y limosna posterior otorgaba suculentos perdones a cambio de días en el Purgatorio), pero las gentes no dudaban en viajar al territorio vecino para comprar las indulgencias que Johann Tetzel ofrecía. Cuando acudían después a confesión, presentaban el documento: ya no necesitaban ser perdonados de sus pecados.

Visto lo visto, Lutero no dudó en presentar un documento que cuestionara esta práctica, que pasó a llamarse Las 95 tesis. En ellas ponía en duda la eficacia de las indulgencias y el mensaje que se enviaba al pueblo cristiano con ellas: que cualquier pecado podría ser perdonado a golpe de moneda; cuestionaba también en ellas la autoridad moral y espiritual del Papa. Su intención era motivar una disputa teológica, según la costumbre del momento, dentro de un círculo restringido de teólogos.

La tradición dice que clavó estas tesis en la puerta de la iglesia palaciega, pero no está tan claro que esto sea verdad, pues hacerlo sin conocimiento de sus superiores hubiera sido una fuerte provocación, y de hecho, la disputa pública se hizo en 1519, en Leipzig. Sea como sea, el éxito de este documento fue espectacular, gracias a las impresiones que se hicieron de él, circulando rápidamente por todo el territorio alemán, y a la pasividad de las autoridades eclesiásticas, que no reaccionaron hasta 1520...

4 aportaciones:

Cayetano dijo...

A Lutero, un chico espabilado, se lo pusieron en bandeja: fundar una nueva religión porque en la práctica la anterior estaba ya podrida.
Un saludo.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Aquellas ideas puestas sobre la puerta de una iglesia tuvieron gran trascendencia para la humanidad: la iglesia quedo escindida sí, pero la romana reaccionó con una Contrareforma que abarcó lo teológico y hasta lo arquitectónico y artístico. Un saludo.

Negrevernis dijo...

Cayetano,
yo siempre digo a mis alumnos que la figura de Lutero le vino muy bien a la Iglesia romana para darse cuenta de sus muchos fallos en aquel momento.

Un saludo.

Negrevernis dijo...

Desde.la.terraza,

quizá sería mejor usar el término "Reforma católica", porque realmente lo que se hizo fue revisar aquellos puntos que estaban siendo atacados por los protestantes, aunque, evidentemente, se hicieron avances, como el potenciar la formación del clero con la construcción de seminarios.

Un saludo.