Se descubrió en 1908, en el yacimiento de Willendorf, en la Baja Austria. Se le dio una cronología de unos 25000 años de antigüedad. Y sus once centímetros de altura, su aspecto y sus restos de pintura ocre sobre piedra caliza (un material que no es propio de la zona) le permitieron entrar por la puerta grande en el mundo de la interpretación prehistórica.
Otras muchas estatuillas europeas (Savignano, Lespugue, Laussel,...) tienen un aspecto similar: grandes senos, barriga y nalgas prominentes, atributos sexuales marcados... Todas ellas forman parte de un grupo de unas cien representaciones femeninas que se llaman "Venus", encontradas en toda Europa y en cronología de Paleolítico Superior, tanto hechas en pintura como en relieve o en bulto redondo (exentas). Llama la atención en todas ellas estos rasgos femeninos marcados, pero al mismo tiempo, esquemáticos, en una etapa artística en la que las representaciones de caza, por ejemplo, son muy realistas y detalladas.
La Venus de Willendorf, además, tiene piernas voluminosas, pies diminutos, un posible peinado con trenzas y ausencia de rasgos faciales. Pero la polémica estaba abierta: ¿qué representa?
Muchas han sido las respuestas: una mujer embarazada, una estatuilla votiva referente al culto a la Madre Tierra o a la fertilidad, un objeto mágico, una representación de la diosa Madre, un autorretrato hecho por artistas femeninos, un símbolo femenino llevado por cazadores masculinos, o puede que todo a la vez, pero evolucionando a lo largo del tiempo... Actualmente no se descarta ninguna posibilidad, pero el misterio continúa, ya que tampoco se sabe el lugar de procedencia de su material calizo; lo único claro es que estas representaciones femeninas fueron comunes en todo el continente en el mismo periodo prehistórico.
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