Un descubrimiento: la imprenta.

La imprenta permite reproducir textos mediante tipos móviles; este fue el verdadero descubrimiento a mediados del s XV, pues la impresión ya era una técnica conocida: en China se venían imprimiento textos mediante moldes, pero el resultado era muy caro y no se podían producir libros a gran escala, ya que cada hoja necesitaba su propio molde. Cuando se desarrollaron los tipos móviles no fueron efectivos en el país asiático, debido al elevado número de ellos que se necesitaban (uno por cada signo de escritura).

En Europa la prensa para estos tipos móviles fue reativamente sencilla de poner en marcha, ya que se venían usando ingenios muy semejantes para prensar uvas, por ejemplo. Aunque universalmente se reconoce al alemán Johannes Gutemberg (1397- 1468) como el inventor de su aplicación para la imprenta -aunque provenía de una familia de orfebres-, también por las mismas fechas el holandés Lorenzo Coster lo ponía en marcha. Gutemberg, sin embargo, logró imprimir una versión de la Vulgata en 1456: dos volúmenes de cuarenta y dos líneas por hoja, en dos columnas.

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