![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEge0DI3wUXL47lYIpeK2FL5q0uuF2OU6UHHAY5YhfGVxOBDH8XXAFeoV60QYO5LoeSgFL5vMk-OCJN3LfW27qqqOPe07sZkAelKLG2YYZY8bH1DCDUndpPQVJWX9LpUqI5C1UPgNzlEvQw/s320/jason2.jpg)
Medea sabía que su padre enviaba a Jasón a una muerte segura, pues nadie podía sobrevivir a aquellos toros: el fuego de su nariz abrasaba todo lo que tenía por delante. Pero, como su padre, Medea tenía poderes mágicos, de forma que hizo un ungüento protector con azafrán salvaje y se lo dio a Jasón para que se untara con él el cuerpo.
Así logró el héroe dominar a los toros.
Cuando terminó, obedeciendo a Eetes, sembró los dientes del dragón Cadmo, fundador en su día de la ciudad de Tebas; no habiendo terminado la tarea, empezaron a surgir de la tierra guerreros armados que se lanzaron contra él y los argonautas. Pero Medea, empeñada en ayudar a su amado, había prevenido a Jasón, por lo que el héroe ya sabía lo que tenía que hacer: lanzó en medio de los guerreros el yelmo y los soldados empezaron a luchar enbtre sí hasta que perecieron.
No quedaba más que pedir a Eetes el vellocino que le había prometido.
0 aportaciones:
Publicar un comentario