Tras terminar con éxito el segundo trabajo que el rey Euristeo le había encomendado, Hércules se enfrentó a la tercera tarea, donde tuvo que poner a prueba su habilidad como cazador: capturar viva a la cierva de cerinia y llevarla ante el rey.
La cierva tenía una hermosa cornamenta de oro -y las dos cosas son excepcionales- y pezuñas de bronce; la diosa Ártemis necesitaba cinco como ella para su carro y esta era la única que se le había escapado, refugiándose en las colinas de la región de Arcadia.
Hércules la persiguió sin descanso durante un año entero y el animal no parecía cansarse. Hasta que llegó la primavera, cuando la cierva empezó a dar muestras de estar exhausta -algunas versiones dicen que esto ocurrió en la país de los Hiperbóreos, en la actual isla de Gran Bretaña. El héroe aprovechó entonces para cumplir su misión, ya que para él la persecución había sido como un paseo.
Una versión cuenta que encontró a la cierva bebiendo y la inmovilizó con una flecha que atravesó sus patas delanteras, entre el tendón y el hueso, sin derramar sangre. Otras leyendas dicen que el animal estaba durmiendo y Hércules le echó por encima su red. Sea como sea, la diosa Ártemis se enfadó muchísimo, hasta que se enteró de la misión que le había encomendado Euristeo al héroe y dio el visto bueno: podía llevarse a la cierva, pero en cuanto el rey la hubiera visto, debía ser puesta en libertad.
Aquí y aquí podrás leer un resumen de todos los trabajos de Hércules.
Y este héroe también está en dibujos.
Que bueno encontrarte!!
ResponderEliminarMe gusta tu blog!
Lola sabrá disfrutar de él.
Me llevo tu link.
Hola, Magah.
ResponderEliminar¡¡Gracias!! Yo te encontré hace tiempo, jejeje...
Me llevas a la primavera entonces, ¡qué bien!