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Con 98 cm de altura y hecha en bronce -aunque en realidad, formaba parte del grupo de 150 figuritas de arcilla que se encontraron en el taller del artista-, es una de las esculturas más conocidas. Edgar Degas, el escultor, incluyó en ella seda, tul, peluca y zapatillas naturales, lo que fue criticadísimo en su época por cruzar la frontera del realismo.
Degas (1834- 1917) pertenecía a una familia artistocrática, con posibilidades económicas que le permitieron estudiar Bellas Artes -a pesar de que no era lo deseado por su familia- y viajar por Italia. Artísticamente formó parte del movimiento impresionista, pero su preocupación no fue la luz, como le pasaba a sus compañeros, sino el movimiento, y de ahí que prefiriera como temas los caballos y las bailarinas (tema al que le dedicó pinturas y esculturas).
Las esculturas de bailarinas no fueron hechas para ser expuestas al público, sino como simple estudio del movimiento por parte del artista, sin más pretensiones. Buscaba posturas naturales o lánguidas, momentos entre bambalinas, giros y contorsiones.
Actualmente esta Bailarina de catorce años -inspirado en una joven estudiante de ballet- puede alcanzar en subasta el valor de más de 15 millones de euros...
- Ficha de esta escultura en el Musée D'Orsay de París, aquí.
Una gran escultura. Lo que me repatea es el dios mercado revoloteando alrededor de obras que no deberían tener precio.
ResponderEliminarFeliz año.
Lo que nos lleva a preguntarnos si el arte puede tener precio...
ResponderEliminarFeliz año.