Zodiaco y mitología (6): Virgo



Diké (la Justicia) es hermana de Irene (la Paz) y de Eunomía (el Buen Orden): las tres hijas que Zeus tuvo con la titánide Temis, la hija de Gea y Cronos encargada de la justicia. Jóvenes y encantadoras, se encargaban de las estaciones del año (los griegos consideraban que había solamente tres) y de las horas del día, y tienen además como encargo abrir las puertas del Olimpo. Eran también hermanas de ella las terribles Moiras: Cloto, Laquesis y Átropos, encargadas del destino de cada uno de los hombres... y representadas por el sevillano Diego Velázquez muchos siglos después. Diké, por otra parte, tiene el privilegio de poder transportar el rayo de Zeus. 

Nacida de dioses, sin embargo la joven diosa virgen Diké había nacido mortal, pues su misión era vivir entre los hombres para enseñarles a vivir de forma justa, aunque en la tercera edad mortal, la Edad de Bronce, decidió ascender a los cielos, harta de los humanos y de su forma de vida depravada. Allí, en la bóveda celeste, lleva en su mano dos gavillas de trigo, relacionadas con la estrella Spica, que nos permite encontrarla en el cielo, muy cerca de la Osa Mayor; es también representada llevando una balanza en la mano, en la que pesa las acciones de los mortales...

Otros cuentan que Virgo es en realidad Erígone, hija de Eneo, el primer hombre al que Dioniso regaló una vid. El padre de la joven fue asesinado por unos pastores borrachos, tras probar el vino que Icario había logrado hacer con las uvas de Eneo. Cuando la joven encontró el cadáver de su padre, pidió a los dioses que todas las mujeres atenienses murieran colgadas de pinos hasta que fuera vengada la muerte de Eneo, para después suicidarse ahorcándose de un árbol. Al morir, Zeus la elevó al cielo, creando la constelación de la Virgen. 

  • La Astronomía nos dice que la constelación de Virgo es la segunda más extensa de nuestro firmamento, siendo visible en el tiempo de primavera y convirtiéndose en una puerta a un numeroso cúmulo de galaxias lejanas, como puedes leer aquí
  • Más sobre esta constelación, aquí

Microrrelatos con sabor a yogur (2): Día del libro 2016

Con motivo del Día del Libro -actividad escolar que viene siendo repetitiva en los centros escolares desde hace varios años-, este curso decidí volver a realizar los mismos talleres que el curso pasado, pero esta vez, con 3º de ESO, ya que a lo largo de este año -ya se sabe: los profesores contamos los años por cursos- uno de estos grupos es mi tutoría.

En primer lugar presentamos algunos libros que para cada uno de nosotros había sido especialmente importante, pues detrás de ellos había una historia personal, el regalo de un ser querido, el recuerdo de un abuelo, la historia que a alguien le había hecho llorar, un personaje con el que sentirse identificado o el motivo por el que en la actualidad esa persona se había enganchado a la lectura:



En mi caso, presenté tres libros: El perfume (libro que me he leído varias veces, ya que la historia siempre tiene algo diferente para mí y acaba enganchándome como el primer día), un libro de mitología egipcia ilustrada para niños (el mundo de la Historia egipcia me resulta, cada día apasionante) y el libro que actualmente me estoy leyendo. Varios libros se repitieron a lo largo de la actividad, lo que demuestra que sí, que es posible animar a los alumnos con la lectura a través de historias reales o cercanas a ellos. 

Posteriormente llevé a cabo de nuevo la actividad de los microrrelatos de yogur: varios envases de yogur vacíos iban a ser los depositarios de pequeños papeles: el inicio y el final de una historia, un personaje, una época, un lugar y un objeto. Cada alumno debía rellenar seis papeles, colocarlos en el sitio correspondiente y luego coger uno que no fuera el suyo, al azar. 




¿Y qué hacer después con los seis papeles que la suerte había entregado a cada uno? ¡Dejar volar la imaginación! Y este es el resultado: